Carlos y Camilla, separados por el rigor protocolario en tantos actos oficiales, confirmaron al mundo el triunfo de un amor que ha sobrevivido más de treinta años a todo tipo de presiones.
Foto: EFE; REUTERS; AP 09 de abril de 2005
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Carlos y Camilla, separados por el rigor protocolario en tantos actos oficiales, confirmaron al mundo el triunfo de un amor que ha sobrevivido más de treinta años a todo tipo de presiones.
Foto: EFE; REUTERS; AP 09 de abril de 2005
Guillermo admitió que el plan de su padre para contraer segundas nupcias le alegraba. "Estoy muy feliz y muy contento, será un buen día", anticipó el príncipe en aquel momento.
En el ayuntamiento de Windsor, Guillermo, de 22 años, y Enrique, de 20, estuvieron acompañados, entre otros, por sus primas Beatriz y Eugenia, las hijas de Andrés de Inglaterra y Sarah Ferguson.
"El color iba perfectamente con su color de pelo y con su tono de piel y todos los detalles han sido muy favorecedores", añadió esta especialista en moda.
Los comentaristas de las cadenas de televisión británicas aplaudieron el traje escogido por Camilla para su segunda boda, que consideraron a la vez sobrio y elegante.