
Rigidez muscular, una alerta silenciosa
La rigidez muscular es una afección común que muchas veces pasa desapercibida o se confunde con simples molestias musculares. Sin embargo, puede ser la primera señal de una alteración más profunda que, si no se atiende, compromete la movilidad y calidad de vida de las personas.
Alejandro Ramírez, fisioterapeuta con especialidad es traumatología y sub especialidad en miembro superior y plexo braquial, define la rigidez muscular como “una limitación articular”, es decir, “cuando el paciente ya no puede realizar los movimientos completos de una articulación, como la extensión o la flexión”. Esto ocurre, explica, cuando un músculo permanece contraído por un periodo prolongado, lo cual impide su capacidad de elongación y afecta directamente la movilidad.
El especialista señala que muchas veces los pacientes describen la sensación como algo que “se jala” o “se estira demasiado” al intentar moverse. “Normalmente el paciente siente o lo refiere como: ‘siento que se me está estirando algo, siento que algo se jala’”, comenta Ramírez.

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Los niveles elevados de cortisol se asocian con la pérdida del pelo, el debilitamiento folicular y otras alteraciones en la piel de la cabeza, como la dermatitis.¿Por qué se produce?
Las causas de la rigidez muscular son varias, pero entre las más comunes están los malos hábitos posturales, traumatismos y la inmovilización prolongada. “La más común es el tema postural. Cuando estás mucho tiempo sentado de forma incorrecta, por ejemplo, puedes generar rigidez muscular en los trapecios”, advierte Ramírez. Otra causa frecuente son los traumatismos, donde el cuerpo responde con una contracción muscular protectora que puede derivar en rigidez.
Asimismo, el sedentarismo es un factor que puede determinar estas lesiones, ya que las personas con poca actividad física son más propensas a desarrollar rigidez y les cuesta más tiempo recuperarse.
“Si esta persona es deportista, va a ser mucho más rápido que sea más elástico el músculo que una persona sedentaria. Vas a tardar dos o tres veces más si no tienes una vida activa”, recalca el fisioterapeuta. Es decir, la edad no sería un factor determinante para la rigidez muscular, ya que, si se es una persona constantemente activa, hay una cierta calidad y flexión en los músculos.

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Leerlos bien ayuda a tomar mejores decisiones para lograr una vida saludable.¿Puede empeorar?
Si no se trata la rigidez muscular puede empeorar. Según Ramírez, esta afección física es apenas la primera fase de una profesión que puede volverse grave. “Son tres fases: primero es rigidez, segundo una fibrosis ,cuando la fibra muscular se vuelve rígida, como si tuviera una gota de ‘cola loca’, y finalmente la anquilosis, donde la rigidez es tan severa que puede requerir cirugía para restaurar el movimiento”.En este sentido, Ramírez hace énfasis en que no se debe ignorar un dolor persistente. “No hay que desmeritar ninguna molestia. Si tienes dolor por más de tres días, acude con tu médico o fisioterapeuta. No pierdes nada en revisarte”, recomienda.
Para prevenir la rigidez muscular, Ramírez sugiere mantener una rutina constante de estiramientos, incluso con ejercicios de bajo impacto como el yoga o el tai chi. “Estos ejercicios te ayudan a que tus músculos lleguen a sus rangos completos, tanto en flexión como en extensión”, explica.
Además, destaca la importancia de entender que una rigidez muscular no es un problema aislado: puede derivar en alteraciones articulares. “Si yo tengo una rigidez muscular, por ende voy a alterar la articulación, y si altero la articulación, el problema se agrava mucho más”, afirma.