
¿Por qué huele mal la boca?
La halitosis es también conocida como mal aliento, y es distinguida por un olor desagradable que es despedido por la boca. Su aparición puede traer ciertas consecuencias sociales, de acuerdo al National Center of Biotechnology Information, asociadas a la vergüenza y al malestar personal, y suele ser un aspecto asociado a los adultos mayores.
Javier Fernández Amézaga y Rosa Rosanes González, especialistas en medicina familiar y comunitaria, realizaron la investigación “Halitosis: diagnóstico y tratamiento en Atención Primaria”, en el que comentan que alrededor del 30 por ciento de los adultos mayores padecen o han padecido de mal aliento en su vida.
Ahí mismo describen la manera en que la edad se vuele un factor no patológico de la halitosis, al mencionar que “desde la adolescencia a la media edad se hace progresivamente más áspero”. En los adultos mayores “los cambios regresivos de las glándulas salivares afectan a la calidad y cantidad de saliva, incluso con buena higiene dental”.

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Para evitar pérdidas, es necesario un monitoreo constanteA esto se suman las prótesis dentales, que sin el cuidado necesario o al llevarla toda la noche, producen olores que no son agradables. De igual manera, la xerostomía, que es la falta de producción de saliva suficiente, lo que deja la boca seca, también modifica el olor. Esta condición puede ser originada también por la ingesta de ciertos medicamentos, que es algo con lo que viven los adultos mayores.
Otros hábitos también pueden abonar, de acuerdo al artículo citado, a que el olor que despide la boca no sea bueno. Entre los señalados destacan dejar pasar mucho tiempo sin comer o los alimentos mismos, que pueden llegar a ser metabolizados en mucosa intestinal y expulsados a través de los pulmones.
Causas de salud
Hay patologías, más allá de las relacionadas a la boca, que pueden llevar a alterar el aliento. Cuando los estudios indican una falta de una etiología oral, se deben buscar otras causas.

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Recomiendan mirar esta etapa con dignidad, acompañamiento y conciencia.Entre estas destacan las causas nasales. Una manera de detectarlo es por el olor que sale de esta parte de la cara, si es considerado peor que el de la boca. Los investigadores escriben que esto “puede ser indicativo de infecciones, como sinusitis, o problemas que afectan al aire espirado o a secreciones mucosas, como en los pólipos. En la rinitis atrófica o medicamentosa la alteración de la mucosa favorece el crecimiento bacteriano y el mal olor. Otras causas son: atresia coanal unilateral o tumores nasales, ocena, cuerpo extraño en la fosa nasal”.
Las enfermedades digestivas son otro grupo que causan el mal aliento. Sin embargo, esto sucede con menor frecuencia. Nombran a personas con dispepsia, la presencia de una hernia hiatal, hemorragias digestiva, infecciones por Helicobacter Pylori, cáncer gástrico o patología de la vesícula biliar.
Las enfermedades respiratorias y cuerpos extraños en vías respiratorias son capaces de acumular bacterias y generar un aliento de olor pútrido.
Otras enfermedades, conocidas como sistémicas, también pueden obtener el mismo resultado con el olor. La diabetes mal controlada produce un “aliento dulce, afrutado de acetona por un cúmulo de cuerpos cetónicos en sangre, que se expulsan por los pulmones”. Afectan también la insuficiencia renal, disfunción hepática severa, carcinomas, deshidratación, intoxicaciones o deficiencias vitamínicas como A o B12, minerales, que reducen el flujo de saliva.