
Crisis hídrica en La Laguna: más allá de la escasez, el reto está en la gestión del agua
Mientras los embalses descienden y la población enfrenta cortes en el suministro, la Comarca Lagunera atraviesa un momento crítico en materia hídrica.
No se trata únicamente de una disminución en la disponibilidad de agua, sino de un problema de fondo: una gestión ineficiente y sobreexplotación crónica de los recursos subterráneos.
Así lo explica Gerardo Jiménez, investigador de Encuentro Ciudadano Lagunero, quien sostiene que el agua existe, pero no se está administrando correctamente.
“La oferta media anual de agua es de alrededor de 2 mil hectómetros cúbicos, de los cuales la población requiere menos del 10%. La verdadera crisis está en el uso ineficiente y en una gestión deficiente del agua”, señala.
Los indicadores son claros: desabasto creciente en viviendas y afectaciones históricas en salud, derivadas de la calidad del agua subterránea, impactan directamente a miles de familias. Jiménez puntualiza que las redes urbanas pierden hasta el 50% del agua que distribuyen, mientras que el distrito de riego trabaja con una eficiencia de apenas el 40%, lo cual representa un grave desperdicio.
El movimiento Nazas Vivo surge como una iniciativa para revertir esta situación. Su objetivo es recuperar no solo el acuífero Principal, fuertemente abatido, sino también el cauce del río Nazas, considerado clave para la recarga de los mantos freáticos. La propuesta es ambiciosa: devolver el agua al río urbano, en una primera etapa de 30 a 40 kilómetros entre la presa San Fernando y la represa del Cuije.

VER MÁS Memorias de un río dormido: la urgencia de despertar al Nazas
La demanda ciudadana actual es simple: dejar que el agua siga su cauce natural para así bombear el corazón de esta arteria que durante siglos fue la principal fuente de agua superficial de La Laguna.No obstante, el investigador advierte que no basta con dejar correr agua una vez.
“Se requieren años para que los niveles del acuífero comiencen a recuperarse. El abatimiento es profundo, ya estamos perforando pozos a 450 metros en la zona metropolitana".
Actualmente, la UNAM realiza un estudio para evaluar el estado del acuífero y proponer estrategias de gestión. Mientras tanto, se considera que al menos entre 100 y 200 millones de metros cúbicos podrían destinarse al caudal ecológico del río urbano si se mejora la eficiencia en el manejo del agua superficial y se combate el tráfico ilegal de agua.
Respecto a la sequía, Jiménez destaca que no es un fenómeno nuevo, sino característico del clima desértico que prevalece en la región. Sin embargo, el cambio climático ha elevado la severidad de los últimos ciclos secos. Años anormalmente secos, como los dos últimos, han disminuido la superficie agrícola irrigada con agua superficial, de 60 mil hectáreas disponibles, muchas quedaron fuera de cultivo este año.
Señala que el agua en La Laguna no se ha acabado, pero podría agotarse si no se replantea con urgencia su uso, distribución y recuperación.
“La solución no es solo técnica, es cultural y estructural. Involucra gobiernos, productores, ciudadanía y ciencia”, concluye.