¿Cómo es que una ducha nocturna te puede ayudar a dormir mejor? Esto dicen los expertos

Parece que la clave para un sueño reparador podría estar en tu rutina de baño nocturna, aunque suene contradictorio, una ducha caliente antes de dormir podría ser justo lo que necesitas para conciliar el sueño más rápido y disfrutar de un descanso más profundo, según el artículo Sleep and thermoregulation.

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¿Cuál es la importancia de la temperatura corporal en el ciclo del sueño?

Para que tu cuerpo entre en un estado de sueño profundo y reparador, es crucial que tu temperatura central disminuya entre uno y ocho grados centígrados. 

Este proceso no es aleatorio; horas antes de que te vayas a dormir, una región de tu cerebro llamada hipotálamo entra en acción, el hipotálamo es como el termostato interno de tu cuerpo, y su función en este momento es comenzar a reducir gradualmente tu temperatura central. 

A medida que esto sucede, tu metabolismo se ralentiza, se libera la melatonina (la hormona del sueño por excelencia), y tu cerebro comienza a prepararse para la tan anhelada fase de descanso.

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El problema surge cuando el ambiente a tu alrededor está demasiado caliente, si la temperatura ambiente es elevada, tu cuerpo tiene que trabajar más de lo normal para disipar el calor. 

Este esfuerzo adicional interrumpe el proceso natural de termorregulación, dificultando tanto conciliar el sueño como mantenerlo a lo largo de la noche, es por eso que muchas personas experimentan noches inquietas durante el verano o en climas cálidos.

¿Cómo puedes ayudar a tu cuerpo a enfriarse de manera eficiente?

Aquí es donde entra en juego el consejo de la ducha nocturna, la mejor estrategia es tomar un baño o ducha caliente, con una temperatura del agua que esté entre los 40 y 42 grados Celsius, y hacerlo entre una y dos horas antes de acostarte, aunque parezca ilógico usar agua caliente para enfriarte, el mecanismo detrás de esto es bastante ingenioso.

Cuando te sumerges en agua caliente, los vasos sanguíneos de tus extremidades, especialmente en manos y pies, se dilatan, este fenómeno conocido como vasodilatación, permite que la sangre fluya en mayor cantidad hacia estas áreas. 

A medida que la sangre caliente se acerca a la superficie de tu piel en tus manos y pies, el calor se disipa de manera más eficiente hacia el ambiente, es como un sistema de enfriamiento natural, al aumentar el flujo sanguíneo a las extremidades, tu cuerpo es capaz de liberar el exceso de calor de manera más efectiva.

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Este proceso de disipación de calor a través de las extremidades contribuye a una reducción más rápida y pronunciada de tu temperatura central, al lograr esta disminución de temperatura de forma más eficiente, facilitas el camino para que tu cuerpo entre en las fases de sueño profundo. 

El resultado es un sueño más reparador y de mayor calidad gracias a este simple hábito, tu sueño profundo se prolongará y tu cerebro te lo agradecerá con un descanso óptimo, lo que se traduce en más energía y una mejor función cognitiva al día siguiente.