
Baby Shark triunfa en la Corte Suprema tras 6 años de batalla legal
El fenómeno mundial Baby Shark Dance no solo conquistó a millones de niños, también se convirtió en protagonista de una pelea judicial que mantuvo en vilo a sus creadores.
Lo que comenzó como un canto infantil de campamento terminó envuelto en una batalla por derechos de autor que duró seis años y llegó hasta la Corte Suprema de Corea del Sur.

VER MÁS Joven sufre quemaduras tras usar un top de Shein durante sus vacaciones
Experiencia de la joven con la prenda de verano evidencia los peligros de la moda rápidaDespués de años de acusaciones y reclamos, el alto tribunal emitió un fallo definitivo que cerró el caso, dejando claro quién podía reclamar la autoría de la versión más viral de esta melodía.
¿Cómo se creó Baby Shark convirtiéndose en un fenómeno global?
Aunque muchos piensan que Baby Shark nació con YouTube, la canción tiene un pasado mucho más largo.
Sus orígenes se remontan a cantos infantiles de campamento en Estados Unidos en la década de 1970, y algunas teorías apuntan a que su popularidad inicial estuvo influenciada por el estreno de la película Tiburón en 1975.
Durante décadas, la melodía fue transmitida de forma oral, con distintas variaciones en varios países, Pinkfong, una compañía surcoreana especializada en contenido infantil, lanzó su propia versión en 2015.
Le dieron un toque de K-pop con un ritmo alegre, animaciones coloridas y la ya icónica línea “doo doo doo doo doo doo”, interpretada por la niña coreano-estadounidense Hope Segoine.
El resultado fue un éxito inmediato con más de 16 mil millones de reproducciones en YouTube, desbancando a Despacito como el video más visto en la plataforma.
La canción dio lugar a series animadas, películas, aplicaciones, juguetes y hasta un musical, además de fenómenos virales como el #BabySharkChallenge y su entrada en el puesto 32 del Billboard Hot 100.
En la primera mitad de 2025, la empresa reportó ingresos de 32,6 millones de dólares impulsados en gran parte por la franquicia Baby Shark.

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Conoce la historia del doctor que salvó a una madre y su bebé en un parto inesperado¿Por qué se presentó una demanda por plagio?
Jonathan Wright, conocido artísticamente como Johnny Only, subió su versión de Baby Shark a YouTube en 2011.
Su propuesta incluía gestos sencillos con las manos simulando la boca de un tiburón y un compás animado pensado para que los niños pudieran seguirlo fácilmente.
En 2019, tras el éxito global de Pinkfong, Wright presentó una demanda alegando que la versión surcoreana compartía la misma tonalidad, cambio de tempo, melodía y ritmo que la suya.
Aseguraba que las similitudes eran tan notorias que constituían un plagio y reclamaba una compensación de 30 millones de wones (unos 21.600 dólares).
Sin embargo, la defensa de Pinkfong sostuvo que Baby Shark es un canto infantil de dominio público y que su versión era una reinterpretación creativa, al igual que otras adaptaciones anteriores, como la alemana Kleiner Hai de 2010, que también se viralizó en Europa.

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La batalla legal pasó por varias instancias, pues en 2021 y 2023, tribunales surcoreanos ya habían dictaminado que la versión de Wright no era lo suficientemente distinta de la melodía tradicional como para considerarse una obra original, dónde finalmente, en 2025, la Corte Suprema respaldó esos fallos.
El alto tribunal concluyó que, incluso si la versión de Wright se considerara una obra derivada, no existían “similitudes sustanciales” con la de Pinkfong.
La sentencia subrayó que Wright no había hecho cambios o ediciones de tal magnitud que pudieran transformarla en una creación separada según los estándares legales y sociales.
Con este fallo, el caso quedó cerrado. Wright calificó el resultado como “un poco decepcionante” pero reconoció que el asunto estaba resuelto.
Pinkfong, por su parte, celebró que se confirmara que su éxito global está basado en una canción infantil tradicional que lograron transformar en un fenómeno cultural.