
Enfermedades respiratorias, riesgo para adultos mayores e infantes
La época invernal trae consigo afecciones que pueden representar un riesgo inminente para los más susceptibles, quienes se convierten en blanco fácil para las enfermedades respiratorias. ¿A qué se debe?
De acuerdo con la OMS, este tipo de enfermedades son una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en la primera infancia y de las complicaciones graves en el adulto mayor.
Esto en virtud de que los menores corren más riesgo de contraer enfermedades relacionadas con el frío debido a que su sistema inmunitario no está completamente desarrollado. Además, están expuestos de forma constante a entornos escolares que, sumado a la falta de conciencia y habilidades para adoptar medidas preventivas, facilita su propagación.
Por otro lado, los adultos mayores son vulnerables por los cambios de la edad y el debilitamiento de su sistema inmunológico. A la par del envejecimiento, se puede presentar una pérdida de funcionalidades como atrofia del sistema pulmonar, disminución del volumen respiratorio y de la fuerza de los músculos respiratorios, y disminución de la cantidad de oxígeno presente en la sangre, según Aiudo formación.
¿Por qué enfermamos más en invierno?
El médico Rodrigo Santos Santamarta refiere para la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia que se debe a la suma de diversos factores.
“El principal es que la mayoría de virus respiratorios estacionales se replican con mayor avidez y su cubierta lipídica es más resistente, lo que ayuda a que sobrevivan más tiempo a temperaturas más bajas, como las que tienen nuestras vías respiratorias altas (como la nariz, en torno a 33ºC), que es por donde suelen entrar dichos virus”, se lee en el sitio.
Además, destaca que otro de los factores es la disminución de la eficacia del sistema inmune para combatir enfermedades debido a las bajas temperaturas y el lugar del cuerpo por donde entran los virus. “En invierno solemos pasar más tiempo en lugares cerrados, con menor ventilación y más concurridos”, señala.

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Razones por las cuales no ves resultadosLas más comunes
En el primer lugar de la lista de enfermedades más frecuentes durante esta temporada se encuentra el resfriado. La Secretaría de Salud precisa que suele durar entre tres y cinco días. Los síntomas pueden ser congestión o escurrimiento nasal, estornudos, ojos llorosos, tos y en algunos casos puede presentar fiebre y dolor de garganta.
La gripe es parecida a un resfriado pero de mayor intensidad. Se trata de una enfermedad infecciosa aguda producida por un virus que se contagia a través de la saliva al toser o estornudar. Entre los síntomas se incluyen fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, tos seca, dolor de garganta, cansancio, estornudos y malestar general. Puede tener complicaciones pulmonares y de bronquios al grado mortal.
Otra enfermedad común es el COVID-19. Un síntoma que ayudará a diferenciarla de las anteriores es la pérdida de olfato. La época invernal puede propiciar un aumento de casos debido a que brinda condiciones óptimas para el virus prospere.
La faringitis también entra a la lista. Se trata de la inflamación en la faringe o garganta causada regularmente por resfriado o gripe. Se caracteriza por producir un dolor intenso en la zona, fiebre, dolores de cabeza y musculares.
Una de las enfermedades más comunes en menores es la bronquitis. Es de tipo vírico y se refiere a la inflamación en la pared de los bronquios, los cuales son conductos por los que el aire circula para llegar a la parte más profunda del pulmón. Se puede identificar por la dificultad respiratoria, dolor de pecho, emitir un chillido al intentar respirar, cansancio, fiebre y tos persistente.
La dependencia añade que la neumonía también es una de las enfermedades más frecuentes, en especial en adultos mayores. La define como inflamación del pulmón en la que se presentan síntomas como escalofríos, fiebre, tos con flemas, dolor de pecho al estornudar o toser, falta de apetito y debilidad para respirar.
¡A prevenir!
En esta época del año es indispensable consumir abundantes líquidos como bebidas cálidas, frutas y verduras ricas en vitamina A y C, como guayaba, naranja, lima, limón, papaya, mandarina, toronja, jitomate y zanahoria.
Si las enfermedades persisten por mucho tiempo, deben evitarse remedios caseros y la automedicación, la atención médica ofrecerá un tratamiento adecuado y evitará la aparición de complicaciones. Las formas de prevención incluyen la vacunación y las medidas higiénicas.