
Cuando bebemos cerveza, el hígado se concentra en trabajar intensamente para desintoxicarse del alcohol por lo cual 'no logra procesar todas las demás comidas que se ingieren al mismo tiempo'. (ARCHIVO)
En México es popularmente conocido el concepto de "panza chelera", que según la Fundación UNAM, es "el resultado de una ingesta un poco desmedida de cerveza, misma que lleva a un protuberante abdomen que sobresale por encima del cinturón".
Pese a todos los mitos o creencias que puedan existir en torno a por qué surge, hay en realidad una explicación científica, y está ligada a los procesos del metabolismo y la digestión.
De acuerdo con la fuente en mención, cuando bebemos cerveza, el hígado se concentra en trabajar intensamente para desintoxicarse del alcohol por lo cual "no logra procesar todas las demás comidas que se ingieren al mismo tiempo. Ya que, la realidad es que, al consumir cerveza es muy común que también comamos quizá alguna botana rica en grasa".
Así, el hígado se "desentiende de todos esos otros alimentos y se concentra en el alcohol, que es lo que más lo intoxica, dejando la digestión de grasas para después. Pero para cuando termina este proceso, las grasas ya se instalaron en el cuerpo, específicamente en el abdomen, y llegan para quedarse".
Cabe señalar que a esta situación deben agregarse los factores de género y edad, pues a partir de los 35 años el metabolismo de los hombres se hace más lento y las grasas se digieren menos. Sumado a esto, genéticamente los hombres están más predispuestos a acumular grasa en el abdomen mientras que las mujeres la almacenan en las caderas.