
Los aztecas creían que el aguacate poseía cualidades para el estímulo de la libido, esta idea partió de que le llamaban ahuacátl, ni más ni menos que árbol del testículo.
En la antigua Grecia, Afrodita era la diosa del amor y en honor a ella se bautizó como afrodisiacos a alimentos, brebajes y hasta amuletos que cierta o supuestamente poseen la magia de estimular la sexualidad de mujeres y hombres por igual.
Por su forma, olor o color, son incontables las cosas a las que se da ese poder de excitar el apetito sexual.
A las frambuesas y fresas se les considera un bocado ideal en el preámbulo de las relaciones sexuales, más por su forma y color que por su contenido, que es rico en vitamina C. En algunas obras de la literatura erótica se les compara con los pezones de la mujer.
En la huerta de la naturaleza son muchas las cosas que se consideran excitantes, por ejemplo a la piña, también abundante en vitamina C, pero de la que se dice es usada en algunos lugares del mundo como tratamiento homeopático para la impotencia.
Las trufas también figuran en la lista de estimuladores naturales de la sensualidad, entre los griegos y romanos se decía que fomentaba el deseo, en tanto que a la vainilla se le concede el don de disparar la pasión amorosa.
Pecado
Sin más relación que su idealización como fruto prohibido en el paraíso, a la manzana igualmente se le otorgan cualidades sexuales. Las leyendas islámicas cuentan que tras el pecado original, Adán y Eva se cubrieron con hojas de plátano, fruto al cual también se atribuyen ese tipo de poderes. La verdad es que la primera es rica en vitamina C y fibras, mientras que el segundo es fuente importante de potasio.
Algunos sicólogos y terapeutas sexuales, consideran a la fantasía como el mejor alimento de la sensualidad, y a ella se deben, en muchos casos, los poderes que se cree tienen algunas frutas, verduras u otros alimentos.
Producto nacional
En esta gama, desde tiempos de los aztecas se creía que el aguacate poseía cualidades para el estímulo de la libido, esta idea partió de que los antiguos mexicanos le llamaban ahuacátl, ni más ni menos que árbol del testículo.
En otras latitudes, se ponía en las recetas sexuales al espárrago, por su forma fálica y gracias a que hay quien dice que tras tres días de dieta de estas verduras al vapor, el deseo crece. Por lo mismo, se recomienda el consumo de zanahoria.
La uva, sobre todo transformada en vino, forma parte del imaginario colectivo de los afrodisiacos. Un vaso de vino ayuda a crear el estado de ánimo idóneo para el amor. Está probado que relaja y estimula los sentidos.