La fiesta en Parras ha comenzado y en los jardines de Casa Madero conviven ricos y pobres, los estratos sociales son condenados al olvido. Niños y adultos comen uvas mientras algunos extranjeros no dejan de tomar fotografías.
La fiesta en Parras ha comenzado y en los jardines de Casa Madero conviven ricos y pobres, los estratos sociales son condenados al olvido. Niños y adultos comen uvas mientras algunos extranjeros no dejan de tomar fotografías.Foto: El Siglo de Torreón 11 de agosto de 2004
publicada el 11 de agosto de 2004