
Presencia. El marakame Julián Carrillo lidera a un grupo de 18 artistas wixárikas en un proyecto gestado en Torreón.
El marakame Julián Carrillo observa el paisaje de Torreón desde lo alto del cerro de las Noas. En sus ropas de lana sobresalen bordados azules hechos a mano, mientras el viento agita las plumas de su sombrero y también hace sonar las semillas que cuelgan del ala. Originario de San Andrés Cohamiata, una comunidad ubicada en el municipio jalisciense de Mezquitic, Carrillo lidera a un grupo de 18 artesanos wixárikas que llegaron a Torreón para trabajar en la escultura monumental del Centro Ceremonial Kauyumari, proyecto que tendrá la forma de una venada azul y es impulsado por la artista lagunera Leyla Brashka.
Mientras cae la tarde, otros dos jóvenes wixárikas, José y Benita, dan una demostración de su trabajo en el tercer nivel de Puerto Noas. Con cuidado y precisión, colocan cuentas de chaquira sobre la superficie de una pieza metálica; crean cosmovisiones, mosaicos llenos de colores y de símbolos huicholes como el peyote (híkuri) o el venado azul (kauyumari). Se trata de un saber antiguo, una herencia que pasa de generación en generación. Todos en San Andrés Cohamiata son artesanos, asegura el marakame Julián Carrillo, quien se ha acercado para explicar el proceso.
"Es arte wixárika y no tenemos muestra para copiar". El marakame se refiere a que los artistas wixárikas no usan un molde en el cual basarse. Sus diseños emergen de la mente, de la profundidad del alma, y siempre comienzan a pegar la chaquira del centro hacia afuera, así es como se formará la piel de la venada.
Y no sólo han empleado chaquira para crear esos paisajes de cosmovisión, también han tomado elementos naturales como semillas y granos de maíz, además de objetos reciclados como botellas de vidrio.
"Nosotros siempre nos hemos dedicado al arte wixárika. Todos somos artesanos en la comunidad. Todo es hecho a mano".
La demostración de los artistas huicholes forma parte de un evento de recaudación de fondos para el Centro Ceremonial Kauyumari. Leyla Brashka indica que se pretende que la escultura monumental, con dimensiones de 6.5 metros de largo y 6.5 metros de alto en su parte más alta, se encuentre lista para ser presentada el 17 de julio en Torreón. Posteriormente, se trasladará al festival de Burning Man, en Nevada, Estados Unidos, donde fue seleccionada.
Tal como se lee en su página web, la escultura a gran escala de Kauyumari honra al abuelo peyote y a la cultura, cosmogonía, tradiciones y rituales de la comunidad wixárika a través de una ofrenda de un centro ceremonial, como una forma de honrar y agradecer por su hermosa medicina y sanación.
Para quienes deseen apoyar monetariamente el proyecto, se dispone una campaña de recaudación a través de la página web gofundme.com.