Cultura Cultura Poesía Música

Columnas

Tejiendo historias

La responsabilidad de la palabra

LUCÍA OLIVARES

¿Todas las opiniones son respetables? Si no lo son, ¿por qué nos empeñamos en compartir la nuestra? Identifico una gran necesidad de ser validados a través de concepción del mundo. Hemos creído que, por el simple hecho de expresar lo que pienso, merezco un reconocimiento, un aplauso, una ovación de pie. Somos intolerantes a la crítica, a la oposición… no se diga al rechazo.

El periodismo, como profesión, ha perdido impacto, reconocimiento, incluso validez. Desde el momento en que todos creímos que al tener acceso a compartir y reportar desde cualquier aparato electrónico, sin el rigor, la responsabilidad, ni la ética requerida, quienes estudiaron alguna licenciatura vinculada a la comunicación, información, datos, “son unos más que hacen lo que cualquiera de nosotros ya está haciendo”.

¿Me preocupa o me molesta? Un poquito de las dos.

Ayer, por la noche, me topé con una publicación de una chica que tiene un podcast muy reconocido en nuestro país, era una gráfica de “Los 30 nacimientos registrados en México, durante 2024, con las madres más jóvenes y edad del padre conocida”, en definitiva, las cifras son dolorosísimas; por poner algún ejemplo, en El Oro, Estado de México, una niña de 12 años de edad se embarazó de un hombre de 65, representando esto una diferencia de 53 años entre la madre y el padre. La descripción en la publicación de Instagram, menciona la urgencia de “garantizar el acceso al aborto en un país como México y una región como América Latina”, se desconoce la fuente, es decir, de dónde proviene la información, a través de qué medio, plataforma o institución gubernamental se publicó. Luego de los evidentes cuestionamientos se compartió un link que no te vincula a ninguna página (aparece como inexistente). Más allá de eso, los comentarios comenzaron a fluir hacia diferentes vertientes, como es natural ante una postura como esa, y nos topamos con un comentario de la misma emisora “quien vuelva a decir que este tema no es sobre aborto, sino sobre abuso, lo voy a bloquear”; entonces, ¿unos se pueden manifestar y otros no? Si opinamos, obligamos a quienes nos leen o nos escuchan a opinar de la misma manera.

El arte, el trabajo y la disciplina de informar se ha ido perdiendo por los deseos de opinar. Hemos olvidado un cuestionamiento básico antes de emitir un mensaje: ¿Cuál es mi propósito? Si quiero hablar sobre un hecho, informo. Si quiero hablar sobre mí, opino.

Cuéntame, ¿tú qué opinas?

Leer más de Cultura

Escrito en: Tejiendo historias

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Cultura

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2394966

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx