¿Qué dice la ciencia sobre la rutina de lavar platos?

Una tarea sencilla que todo el mundo, por necesidad hace, resultó ser uno de los momentos en los que tu mente puede estar más tranquila.

La ciencia ha revelado que lavar los platos tiene múltiples beneficios terapéuticos, por lo que, si se hace correctamente, puede convertirse en una forma de meditación y aliviar el estrés.

¿Lavar los trastes es terapéutico?

Según el sitio web "Psychology Corner", menciona que un estudio realizado por la Universidad Estatal de Florida reveló que lavar los platos es una excelente manera de relajarse.

El estudio se llevó a cabo con 51 personas a las que se dividieron en dos grupos, a algunos de los cuales se les pidió que leyeran un breve texto sobre cómo lavar los platos de forma mindfulness (una técnica de meditación). Mientras que otros les hicieron leer un texto descriptivo sobre la tarea.

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Quienes completaron la tarea y leyeron el texto con la técnica de meditación descubrieron que, al estar completamente presentes, concentrándose en la temperatura del agua, el olor del detergente y el tacto de los platos, hubo una disminución del 27% en el estrés y el nerviosismo.

Por lo tanto, aquellos que solo leyeron el texto de forma descriptiva y realizaron la tarea, resultó que no se registró ningún beneficio e incluso podrían sentirse enojados y frustrados.

¿Qué es mindfulness?

Es una forma de estar en el momento presente, de lograr una atención plena, siendo consciente de lo que sucede en el aquí y ahora, sin intentar cambiar nada y sin juzgar. Es concentrarse en lo que sucede en nosotros y a nuestro alrededor y saber renunciar al ruido y las distracciones.

¿Que provoca el estrés en nuestro cuerpo?

De acuerdo con el sitio web "Mayo Clinic" menciona que pueden existir múltiples síntomas del estrés que afectan la salud, que muchas veces los confundimos con otras enfermedades y al final son consecuencias del estrés.

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Cuando se mantiene crónicamente alto, puede convertirse en un problema oculto que afecta la calidad de vida.

Algunos de los síntomas son:

• En el cuerpo: dolor de cabeza, tensión muscular, dolor de pecho, fatiga, cambios en el deseo sexual, malestar estomacal, problemas de sueño y enfermarse con mayor facilidad ya que se desarrolla un sistema inmunitario débil.
• Estado de ánimo: ansiedad, desasosiego, falta de motivación, falta de concentración, problemas de memoria, malhumor y depresión.
• Comportamiento: comer en exceso o no comer lo suficiente, abuso de sustancias, arrebatos de ira, evitar a los amigos, hacer ejercicio con menos frecuencia.