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Música en un suspiro

LA PEQUEÑA, PEQUEÑA GIGANTE: LA TROMPETA

MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

Fabricada a partir de cuernos o cañas, la antigua trompeta o trompeta natural era utilizada para comunicarse en situaciones de guerra o cacería. Su calidad y proyección de sonido mejoró considerablemente con el advenimiento de los metales, aunque su aspecto seguía siendo como un cuerno animal.

En plena Edad Media, la trompeta, más allá de su uso en militar, fue un ícono de poder por su brillantez y presencia sonora. En el Renacimiento, es cuando su apariencia cambia producto del desarrollo de técnicas de doblado de metal, no obstante, aún estaba lejos de convertirse en un instrumento melódico. Para que la trompeta pudiera hablar, fue menester hacer una especie de zumbido, vibrar los labios por medio del aire en una boquilla, para después amplificar ese sonido en un tubo que parcialmente se va ensanchando hasta llegar a la parte final llamada campana o pabellón. Las notas eran generadas con gran dificultad tapando orificios en ciertas partes de la tubería. Fue hasta este momento de su desarrollo en el período barroco, que la trompeta fue finalmente “admitida” en la orquesta.

En el concierto de Brandemburgo No.2 de Bach toma un papel protagonista.

Los Conciertos para solista de Telemann y sobre todo Guiseppe Toreli, demandan altos niveles de virtuosismo, por no decir de acrobacia. Sorprendentemente, el período clásico vio en la trompeta un instrumento pasado de moda, por poseer éste muchos de los recursos y matices propios del barroco: demasiado altiva, chillante y escandalosa. Sus limitaciones técnicas lograron llegar apenas a merecer la atención de Haydn y Hummel quienes escribieron conciertos para solista rompiendo por mucho la tradición clásica. Fue hasta 1815 que Blümel de Silesia y Stölzel de Berlín, inventaron un sistema de conexión y conducción de aire con el que la trompeta pudo tocar prácticamente todas las notas. Si miramos al interior, encontraremos un complejo sistema de tuberías que se conectan y desconectan al accionar 3 pistones o válvulas.

Esto hace que la longitud de los tubos varíe en función de la nota deseada. En esas condiciones, la trompeta fue reincorporada a la orquesta fortaleciendo, pero sobre todo dando un color muy especial a las obras decimonónicas del Romanticismo.

En delante muchas obras serían prácticamente impensables sin la trompeta, por ejemplo: La obertura Leonora de Beethoven, la Sinfonía 1 de Mahler, El Pájaro de Fuego y Petrushka de Stravinski, Sherezada de Nikolai Rimsky Korsakov o el concierto para orquesta de Bartok, por mencionar tan sólo unos ejemplos notables.

A manera de corolario: el Trumpet Voluntary. Obra escrita hacia 1700 por Jeremiah Clarke, organista de la Catedral de San Pablo en Londres. Originalmente escrita para órgano, fue la Marcha del Príncipe de Dinamarca, para posteriormente convertirse en el Voluntario para trompeta que desde entonces anuncia y engalana ceremonias uniendo la elegancia, el glamour, la potencia y la belleza…, eso es una trompeta…, en un suspiro.

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Escrito en: Columnas Editorial

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