En la colaboración anterior se dio a conocer a los primeros licenciados en derecho debidamente titulados que ejercieron en nuestra en nuestra gran ciudad, para ello acudimos a los registros que a finales del siglo XIX y principios del XX nos legaron los primeros relatores de nuestra historia regional, en la que consignaron nombres y domicilios de los primeros profesionales del derecho que ejercieron la profesión de la abogacía, información que quedó debidamente consignada en el anterior artículo, por lo que en el presente daremos a conocer quienes sin título profesional se dedicaron al litigio en los órganos jurisdiccionales que existían, así como los primeros notarios públicos que ejercieron.
Antes de que se exigiera el título profesional de abogado para el efecto de intervenir en un juicio ante un juzgado, fueron varias personas quienes sin ser titulados, se convirtieron en litigantes que a diario acudían a los juzgados de Torreón, primeramente establecidos e intervenían en los juicios que ahí se ventilaban, de ellos obtuvimos la siguiente relación: Don Horacio Saldaña Sánchez, J. Refugio Arias, Ramón Vergara F lores, don Domingo Deras, José Luis Flores, Rodolfo Patiño.
La anterior relación corresponde a los principales litigantes que ejercieron como tales en los juzgados establecidos, desde luego que el número de ellos aumentó considerablemente conforme creció nuestra gran ciudad.
Debido al gran desarrollo que se dio en toda la región lagunera, sobre todo las compraventas de fincas y terrenos, así como el establecimiento de comercios e industrias, se hizo necesaria la intervención de notarios públicos que dieron fe de los actos que por ley deberían de realizarse para dar legalidad y autenticidad cada uno de los actos que tuvieron verificativo para cumplir con la legalidad.
Don Gumesindo Gómez Vargas, para ejercer el notariado en la Villa del Torreón, estableció su notaria en la calle Cepeda y avenida Allende.
El segundo notario autorizado fue el gran poeta Manuel José Othón en el mismo año de 1898, estableciendo su notaria en la calle Juan Antonio de la Fuente entre las avenidas Morelos y Juárez a un lado de los desaparecidos “Baños de las delicias”. En el mismo año de 1898 se autorizó al tercer notario público, siendo el mismo don Manuel Garza Aldape quien estableció su notaria por la avenida Matamoros. A principios del siglo XX se autorizaron 20 notarios más en nuestra gran ciudad.
