
Hombre lobo en Argentina.
Recientemente, ha tomado notoriedad en redes sociales una 'ley' promulgada en Argentina, la cual está basada en una antigua leyenda que, según la creencia, tiene como objetivo 'proteger' al séptimo hijo de las familias de dicho país.
Se trata de la 'Ley de lobizón', la cual, como ya mencionamos, su principal motor es una superstición arraigada del folclore de Sudámerica, principalmente de países como Argentina y Paraguay, la cual señala que el séptimo hijo varón de cada familia, se 'transformará' en una 'bestia mitad lobo' durante las noches de Luna llena. Sí... tal como un hombre lobo.
La diferencia es que, según la creencia, esto se da en las familias cuyos hermanos del séptimo hijo sean todos varones.
En el caso de las mujeres, la superstición dice que, si solo tienen hermanas, 'se convertirá en una bruja' y no en un 'hombre lobo' como supuestamente ocurre con los varones.

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A través de redes sociales se han viralizado imágenes de conejos silvestres con deformaciones similares a 'cuernos' o 'tentáculos'Pero... ¿De dónde viene esto y qué tiene qué ver con la ley actual en Argentina?
Pues que pese a ser una vieja superstición rusa, desde hace unas décadas se ha promulgado como una ley que fue oficializada en 1974 por María Estela Martínez de Perón, y que estipula que todo séptimo hijo o hija debe ser apadrinado por el presidente argentino en turno.
Dicha ley, acuñada con el número 20.843, otorga además al ahijado/a un aporte económico anual, una beca para estudios primarios, secundarios y universitarios.
Esta leyenda se hizo popular en el año de 1907, cuando una pareja ruso-alemana solicitó al entonces presidente, Figueroa Alcorta, que apadrinara a su hijo para evitar la 'maldición'.

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La muerte de la tigresa Indira en el Zoológico de Cali desató críticas sobre negligencia y abrió un debate sobre la seguridad en recintos de fauna silvestre.Alcorta aceptó y desde ahí comenzó a tomar relevancia dicha tradición.
Más allá de la creencia sobre la transformación en un supuesto hombre lobo o una bruja, esta tradición se realiza para que las familias, creyentes de dicha superstición, no abandonaran o asesinaran a los niños.