">">

Columnas la Laguna Columnas La Laguna Editorial

columnas

Ibero transforma

CLARA CECILIA GUERRA COSSÍO

LA INDIFERENCIA DE IGNACIO DE LOYOLA

El concepto "indiferencia ignaciana" llamó profundamente mi atención cuando, hace algunos años cursaba el Diplomado Interinstitucional "La propuesta educativa de la Compañía de Jesús" impartido por la Ibero Torreón. Recuerdo que, en ese momento escuchar sobre indiferencia como algo que debía cultivar, me pareció un razonamiento contradictorio, ya que la palabra "indiferencia" normalmente tiene un significado que asocio con falta de interés o de compromiso y también, con evitar la responsabilidad o el involucramiento. Sin embargo, para Ignacio de Loyola la indiferencia es una invitación a la libertad, a soñar con Dios, a acariciar un proyecto de vida en el que es posible re-crearnos como personas para así, co-crear un mejor mundo posible. Ignacio considera que la indiferencia es fundamental porque genera la libertad para elegir. Libertad que se logra no por tener todo lo que se desea y anhela, sino precisamente, por lo contrario: se trata de la libertad que brota de un desprendimiento profundo y desde ese ángulo, la indiferencia significa estar lo suficientemente desapegado de las cosas, personas o experiencias y aceptarlas o dejarlas de lado, dependiendo de si nos ayudan a alcanzar el propósito principal que cada uno de nosotros tenemos, o no. Es así como la clave de la indiferencia ignaciana es la libertad.

Considero que existen muchas formas de conectar con la experiencia de la espiritualidad ignaciana más allá de la teoría. Una de ellas es cuando, en ocasiones, la vida pesa. Y es que resulta imposible evitar que la vida a veces nos muestre su lado no tan amable: duelos, pérdidas, enfermedad, ansiedad, abatimiento. Sin embargo, es justo en estos momentos cuando la oportunidad de conectar con la indiferencia Ignacia se presenta, siendo ésta un gran alivio para el corazón cargado.

Lo anterior puede parecer simple, pero implica un gran trabajo personal. La indiferencia, para san Ignacio, no significa que nos dé lo mismo una cosa que otra, más bien se refiere a haber experimentado, vivenciado, más allá de la teoría, y saber que "aligerar el equipaje" nos procura más felicidad para, desde una mayor libertad interior, elegir el siguiente paso en nuestra vida. Por supuesto que desprenderse de aquello que interiormente nos esclaviza es una labor titánica y muy personal. En el caso de Ignacio de Loyola este proceso lo llevó a pasar un periodo en Monserrat, durante el cual combatió enemigos internos y a partir de ello nos invita a "que no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta". Es decir, "hacerlo todo como si depende de nosotros, sabiendo que, en definitiva, depende absolutamente de Dios". Del desapego interno nace la libertad y una paz reconfortante. Fue así como hace siglos partiendo de su experiencia, san Ignacio formuló las condiciones para el nacimiento y el ejercicio de la libertad interior que brinda alivio al corazón cargado.

Leer más de Columnas la Laguna

Escrito en: Columnas editorial

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas la Laguna

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2390394

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx