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Yo río libre

Tres años sin justicia para Fidel Heras Cruz

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

Después de tres años del asesinato del defensor comunitario Fidel Heras Cruz en Oaxaca, no hay avances en las carpetas de investigación. Tres fiscales han tenido el caso en sus manos y ninguno ha esclarecido el crimen, a pesar de que dos de ellos estuvieron al frente de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca. Hasta la fecha, el homicidio permanece impune. El estado sureño que gobernó en ese tiempo Alejandro Murat y ahora Salomón Jara, está convertido en lugar de criminalización de personas que luchan por sus derechos y en cementerio para defensores comunitarios que se oponen a cacicazgos y megaproyectos.

Fidel Heras Cruz, de 41 años de edad, fue asesinado a balazos el 23 de enero de 2021 a la altura de la entrada de la comunidad La Esperanza, municipio de Santiago Jamiltepec, costa de Oaxaca.

El cuerpo fue encontrado adentro de su camioneta, con impactos de arma de fuego.

Estaba comprometido con la defensa del territorio y el río Verde, una rica corriente de agua que atraviesa el ejido Paso de la Reina, de cuyo cauce una empresa privada extrae arena y grava sin permisos oficiales.

Tuve oportunidad de visitar Paso de la Reina en ese tiempo, a dos horas tierra adentro de Puerto Escondido. Ahí conocí la trascendencia y profundidad de la lucha del Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde (Copudever), integrante del Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (MAPDER) y opositor a los proyectos de presas hidroeléctricas Paso de la Reina y Río Verde.

Es muy probable que la defensa que Fidel hizo de este río haya sido el movil del crimen, afirma Servicios para una Educación Alternativa (Educa) -asociación civil que acompaña a las comunidades-, pues personas de la comunidad aseguraron que había recibido amenazas dos días antes de su asesinato, pero prefirió no hacerlo público.

Se desempeñaba como presidente del Comisariado Ejidal de Paso de la Reina y defensor comunitario del río Verde. Era campesino. Había trabajado alrededor de quince años en Estados Unidos y regresó con su familia a cultivar su milpa.

Pudo haberse quedado en casa, trabajando la tierra y llevando una vida tranquila, sin riesgos, pero cuando la comunidad necesitó de su ayuda para defender el territorio y el medio ambiente, se colocó en primera línea hasta que, catorce años después, lo mataron.

Una ola de asesinatos sobrevino tras el homicidio de Fidel Heras en la zona. Fueron ultimados sus compañeros defensores Raymundo Robles Riaño, Noé Robles Cruz, Gerardo Mendoza Reyes, Jaime Jiménez Ruiz y Filogonio Martínez Merino.

Estos defensores fueron cobardemente asesinados por oponerse a la explotación de su río, por ser incómodos a los poderes fácticos de la región y por formar parte de un movimiento cultural de cambio social.

Todos eran activistas y sus familias tuvieron que emigrar a otros lugares del país e incluso a Estados Unidos ante la falta de procuración de justicia y el incumplimiento de medidas cautelares colectivas otorgadas para la comunidad de Paso de la Reina.

A Fidel Heras le gustaba cantarle al río, a menudo se le veía sentado en la orilla, con ese sombrero de lana que lo caracterizaba, sonriendo. O pasear en su canoa disfrutando del hermoso paisaje.

Nació y creció Fidel en Paso de la Reina, fue el cuarto de los seis hijos que procreó el matrimonio conformado por el señor Faustino Heras Cruz y la señora Brígida Cruz Gregorio, ambos campesinos.

La última amenaza de muerte llegó "en físico", es decir en un papel que le dejaron en la sede del Comisariado Ejidal de Paso de la Reina, lugar al que acudía constantemente.

-No comentó nada y no se amedrentó, siguió en la misma tesitura -narró en su momento Marcos Leyva, de la asociación Educa, quien lo conocía de quince años antes.

En un lapso de cuatro años antes de que Fidel Heras fuera asesinado, 25 personas defensoras del medio ambiente habían sido ultimadas, informó la organización Coordinación para la Libertad de Personas Defensoras Criminalizadas en Oaxaca.

Paso de la Reina, comunidad de unas dos mil personas, siembra y cosecha sus alimentos para sobrevivir; practica la ganadería para abastecer a las familias y uno de los pocos cultivos comerciales es el limón.

A lo largo del río Verde hay pueblos indígenas mixtecos, chatinos, afrodescendientes y mestizos; todos en parajes donde el Copudever, al que Fidel pertenecía, logran notable influencia en la defensa de territorios.

Este crimen se dio en un contexto de defensa de su río, particularmente en la lógica de extractivismo y saqueo de bienes que lleva a fenómenos de violencia.

En su momento, el obispo de Puerto Escondido, Florencio Armando Colín, emitió la homilía "Solidaridad y Justicia para Paso de la Reina", que denunció la inacción de la justicia.

Fidel Heras Cruz forma parte del "Memorial Oaxaca. Historias de Vida de Defensores del Río Verde", y gracias a su lucha comunitaria, el río sigue fluyendo, libre.

@kardenche

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