Trasplante, opción para la salud renal
El trasplante es considerado el tratamiento más efectivo para la enfermedad renal crónica. Hugo González Cárdenas, médico nefrólogo que trabaja en la Unidad de Trasplantes en la Unidad de Alta Especialidad 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y en el Centro Médico de Torreón, da más detalles al respecto.
¿Cómo se detecta y qué beneficios tiene?
Hay ciertos lineamientos para considerar como candidato a trasplante a un paciente con enfermedad renal crónica: cuando el filtrado de sus riñones ya cae por debajo de 20 mililitros por minuto, y esto se observa mediante estudios, o cuando ya están en diálisis.
El trasplante siempre va a ser la mejor opción de tratamiento para la enfermedad renal crónica. Todo paciente se debe valorar y se debe buscar la oportunidad de un trasplante. Con esto les va mejor en su calidad de vida.
Pero hay que recalcar que es un tratamiento, no una cura de la enfermedad renal crónica, pero mejor que la diálisis o la hemodiálisis.
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Mantener estos órganos sanos es fundamental para la buena salud general¿Qué se debe tomar en cuenta del donante?
El riñón puede venir de una persona viva o fallecida. Este procedimiento debe ser muy meticuloso. Se debe estudiar a la persona que va a recibir el riñón para que no haya ninguna contraindicación, como tumores o cánceres y también se debe estudiar al donador, que debe ser sano y pensar en que se va a quedar con un solo riñón.
Es un proceso en el que se hacen muchos estudios y valoraciones por varios especialistas para entrar con la mayor seguridad posible a la cirugía. Es algo tardado, pero da seguridad.
¿Una vez hecho el trasplante, qué sigue?
El paciente debe ser vigilado en consultas semanales. Con el paso del tiempo se van espaciando. Lo que se vigila es que no haya complicaciones relacionadas a la cirugía como los sangrados o formación de pequeños hematomas.
Las infecciones suelen ser más frecuentes, porque el paciente recibe medicamentos inmunosupresores para evitar un rechazo de ese riñón afectado. Con el tiempo las infecciones son menos frecuentes. Se vigila también es que el riñón esté funcional, con tratamientos personalizados. Es un abordaje bastante amplio, en el que se vigila que su presión arterial se esté corrigiendo, que sus niveles de glucosa estén bien.
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La calidad de vida se asocia con una buena salud¿Qué pasa con la persona que da el riñón?
Necesita cuidados, pero son los que todos deberíamos seguir, relacionados al estilo de vida: no fumar, evitar las bebidas alcohólicas y mantener un peso saludable. Teniendo eso, la esperanza de vida es realmente la misma. Trabajan igual, pueden hacer todas sus actividades.
A ellos se les da un seguimiento después de la cirugía. Es uno mensual, durante los primeros tres meses, y después se vigilan cada tres meses. El riñón que les queda cumple su función durante toda la vida, y para evitar complicaciones, un deterioro, se hacen todos los estudios antes de la cirugía.
