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Depresión, una enfermedad no tan silenciosa

El INEGI señala que 34.8 millones de mexicanos han experimentado al menos un episodio depresivo en algún momento de su vida

Depresión, una enfermedad no tan silenciosa

Depresión, una enfermedad no tan silenciosa

EL UNIVERSAL

Habían pasado apenas unos meses desde que Sandra llegó a Londres muy ilusionada, cuando notó un cambio en su estado de ánimo. Comenzó a sentirse apática, triste, sin ganas de hacer nada, incluso pensó que se debía a que estaba lejos de su país, de su familia. Tan pronto la situación empeoró -porque tampoco había hecho amigos en su nuevo hogar-, tomó la decisión de acudir al médico donde fue diagnosticada con depresión. El especialista le informó que la causa había sido la falta de vitamina D en su cuerpo por el poco sol que había en Inglaterra, así que recibió un tratamiento que la ayudó a mejorar y seguir con su nueva vida en Europa.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 280 millones de personas padecen de depresión, el equivalente al 3.8% del total de la población del planeta. Mientras que cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), señalan que 34.8 millones de mexicanos han experimentado al menos un episodio depresivo en algún momento de su vida, con un porcentaje mayor las mujeres han sido afectadas.

La depresión, explica el doctor Edilberto Peña de León, director del Centro de Investigación del Sistema Nervioso (CISNE México), es una patología multifactorial en la que existe susceptibilidad genética, factores sociales y biológicos. "La padece entre el 9.1 al 10% de la población, pero si se tienen familiares en primer grado afectados, ese riesgo puede llegar al 20 o 25%. También están las vivencias y los factores sociales. Un trauma temprano, como un abuso físico, psicológico o sexual, si se experimenta en la infancia, puede modificar de forma significativa las conexiones del cerebro y aumenta en la edad adulta los índices de depresión de un 35 hasta un 70%. El mal funcionamiento de los neurotransmisores, como noradrenalina, serotonina y dopamina, están implicados de forma relevante", apunta.

La tristeza

"Aunque la tristeza puede ser uno de los síntomas de este trastorno, no es el único y es vital que no se confundan", destaca Emmanuel Sarmiento Hérnandez, psiquiatra de niños y adolescentes, quien agrega que "es muy frecuente que se mencionen indistintamente la tristeza y depresión, incluso, se utilizan como sinónimos. No obstante, la primera es una emoción normal que todas las personas experimentan a lo largo de la vida, mientras que la depresión es un trastorno formado por la presencia de otros síntomas".

El también director de enseñanza del Instituto Nacional de Psiquiatría detalla que, en los niños y en adolescentes, estar enojados o irritables será más predominante, mientras que los adultos se mostrarán tristes. Para que estos estados de ánimo sean considerados como signos de alerta estas emociones deben presentarse la mayor parte del tiempo y por lo menos en los últimos 15 días.

El segundo síntoma, de acuerdo con el experto, es la anhedonia o pérdida de interés por las cosas que antes nos emocionaban o interesaban. El tercero son alteraciones en el ciclo de sueño y vigilia, ya sea que haya insomnio o hipersomnia (querer estar dormido todo el día). El cuarto es la pérdida de apetito; las personas no disfrutan la comida, incluso no están conscientes de cuánto tiempo han dejado de comer y esto se ve reflejado en el peso.

El quinto síntoma es emocionalidad, pueden estar excesivamente sensibles y esto se puede manifestar con llanto frecuente. El sexto tiene que ver con la pérdida completa de la energía o tener mucha fatiga durante el día. Y, finalmente, el séptimo es la dificultad para concentrarse o pérdida de la memoria.

"Hay un síntoma que es probablemente el más grave de todos: la conducta suicida. Abarca un amplio rango de actitudes hacia la muerte, puede ser desde tener fantasías como pensar en querer morir, por ejemplo: ´quisiera dormir y ya no despertar´. Esas son fantasías de morir. También puede haber ideas de suicidio: cómo lo harían, qué método ocuparían, cuando lo harían y, finalmente, tenemos a las personas que intentan quitarse la vida. Cuando llegamos a este grado no solamente va a haber dos resultados. O lo consiguen (el suicidio) o fallan en el intento, y se queda el antecedente como intento de suicidio", explica el doctor Sarmiento Hernández.

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Dispara el riesgo de padecer trastornos mentales

Niños y adolescentes

El doctor Peña de León subraya que más del 50% de las depresiones comienzan antes de los 15 años, con lo cual se rompe el mito de que los niños no se deprimen. La Clínica Mayo indica que otras señales que pueden advertir de este trastorno son arrebatos, comportamientos fuera de control que pueden ser perjudiciales; cambios drásticos del estado de ánimo, dolores frecuentes de cabeza o de estómago, dificultad de concentración y cambios en el rendimiento académico.

Mariana Solorzano Solano, quien es coordinadora terapéutica de Casa Rosa en Punto de Partida, añade que el bullying y el cyberbullying pueden afectar considerablemente a los niños y adolescentes, de hecho, dice, en las últimas décadas las cifras han incrementado por la existencia de las redes sociales, mediante las cuales se acosa.

Las nuevas generaciones están más expuestas y es importante que se les pueda enseñar a regularse emocionalmente y a tolerar la frustración. El doctor Sarmiento enfatiza que este trastorno se puede presentar a cualquier edad; sin embargo, en los niños de seis a 12 años, la prevalencia es menor que en otras edades con el cinco al siete por ciento, la cual va aumentando conforme se incrementa la edad.

En la adolescencia sube un 10%. Aunque en la población preescolar, en menores de seis años, hay pocos datos confiables, se habla de que la prevalencia puede llegar al dos por ciento, pero es difícil diagnosticar. Los expertos coinciden en que, ante los primeros signos de alerta, los padres acudan con un especialista que ayude al diagnóstico correcto y se indique un tratamiento adecuado para evitar que, posteriormente, haya una recurrencia de la enfermedad.

Otra de las cifras importantes es que el suicidio, que puede estar relacionado muchas veces a la depresión, es la segunda causa de muerte entre los adolescentes y adultos jóvenes (entre los 15 y los 29 años). Esta es la segunda causa muerte y debemos entender que estamos hablando de una situación que es potencialmente letal y darle la importancia que amerita.

"Tener depresión infantil es como sufrir un traumatismo en una moto, el cerebro no va a quedar igual. Los papás deben de estar pendientes y evitar que los niños se depriman, si se detecta, se debe de tratar rápidamente para que las manifestaciones en ese órgano sean minimizadas. Mientras más temprano y más intensa tenga una depresión un niño, se cronifica más y tiene el riesgo de padecer más depresiones en la edad adulta", sentencia el director de CISNE México.

Gravedad del trastorno

El especialista sostiene que la conducta suicida tiene su mayor prevalencia durante la etapa adolescente o adulta joven. "Afortunadamente las estadísticas en la población menor de 10 años son muy bajas y una de las razones por las que esto sucede", acota, "es porque el concepto de la muerte aún no está desarrollado como tal. Sin embargo, después de los 10 años los intentos de suicidios y la consumación de éstos se presenta".

Según cifras de la OMS, el suicidio es la cuarta causa de muerte entre los adolescentes mayores, de entre 15 a 19 años. En México, en 2022 se registraron ocho mil 237 decesos por esta causa, de acuerdo con el INEGI. El suicidio, estipula el organismo y la Secretaría de Salud, se incrementó un 435% en los últimos 20 años, los jóvenes entre 15 a 24 años fueron los principales afectados.

El doctor Edilberto comenta que 2020, 2021 y 2022 han sido los años con más números de fallecimientos por suicidio en toda la historia del país y, entre la población de 10 a 19 años, las cifras no han bajado de los mil acontecimientos por año, algo que califica de lamentable. "Se debe de hablar del tema y no esperar que el niño o adolescente tenga la capacidad para decir que se siente mal o triste todos los días y ha pensado en morirse. Recordemos que su cerebro está en desarrollo y, si como adultos muchas veces no sabemos identificar lo que es normal a lo que no, como niños o adolescentes es aún más complicado y cuando ellos ya se acercan a decirnos que están mal es porque ya llevan mucho tiempo sintiéndose así", menciona Sarmiento Hernández.

El paidopsiquiatra recalca la importancia de que los padres y los maestros, reconozcan un comportamiento anormal en los niños y adolescentes, y que validen las emociones y sentimientos, así como indagar si en algún momento han tenido pensamientos relacionados a la muerte.

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En camino hacia el bienestar emocional

Tratamiento holístico

El tratamiento contra la depresión debe ser holístico, entendiéndose como algo integral y no solo basado en lo fisiológico. Como sucede con el propio trastorno, que es multifactorial, se deben considerar también los hábitos y estilo de vida del paciente, ya que pensar solo en el tratamiento fármaco sería una visión muy reduccionista, acota Peña de León.

La OMS también recomienda a los especialistas a comenzar por el estilo de vida. "Esto incluye tener una buena higiene de sueño, actividad física de intensidad moderada, prefiriendo el ejercicio isométrico de resistencia (pesas o pilates), llevar una dieta lo más similar a la mediterránea y aprender técnicas adecuadas para la modulación del estrés porque es algo que va a estar en nuestras vidas. Técnicas como el mindfulness, que es el estar en atención plena, poder sentir, pensar y actuar en el momento actual y presente sin anticiparme y sin estar en el pasado, ayudan", precisa el médico especialista.

El doctor Craig Sawchuk, psicólogo clínico de Mayo Clinic, describe que existen tratamientos eficaces para la depresión y coincide que el primer paso es el cambio en el estilo de vida que podría mejorar los hábitos de sueño y realizar ejercicio. La terapia, especialmente la cognitivo conductual, puede enseñar a controlar de una mejor forma los pensamientos negativos, así como mejorar los hábitos que pueden ayudar a las personas a tratar la depresión.

Su diagnóstico, a través de la evaluación de la salud mental por un proveedor profesional de atención médica ayuda a identificar la mejor opción de tratamiento para cada caso de depresión en específico. "Vivir con depresión no es fácil, pero no eres la única persona que lucha contra ella. Siempre recuerda que hay apoyo y tratamientos eficaces para ayudarte a que comiences a sentirte mejor”, recomienda.

Además, tomar medidas para controlar el estrés, practicar hábitos de cuidado personal como una rutina de sueño saludable, el apoyo social de amigos y la ayuda del personal médico de salud especializado en salud mental son estrategias que pueden ser útiles en un estado de depresión. Por su parte, Peña de León puntualiza que, después de enfocarse en el estilo de vida, el especialista debe indicar tratamientos no farmacológicos como pueden ser las psicoterapias y, más adelante, la prescripción de antidepresivos.

Signos de depresión

El doctor Daniel Hall-Flavin, especialista en psiquiatría general y psiquiatría en adicciones de Mayo Clinic, señala que la depresión clínica suele incluir síntomas tan intensos que provocan problemas notables en las relaciones sociales y en las actividades cotidianas. Algunos síntomas son:

* Sentimientos de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza.

* Arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración.

* Pérdida de interés o placer por la mayoría de las actividades habituales (relaciones sexuales, pasatiempos, deportes, por ejemplo).

* Alteraciones del sueño, como insomnio o dormir demasiado.

* Cansancio y falta de energía, por lo que las tareas cortas requieren un esfuerzo mayor.

* Falta de apetito y adelgazamiento, o mayores antojos de comida y aumento de peso.

* Ansiedad, nerviosismo o inquietud.

* Lentitud para razonar, hablar y hacer movimientos corporales.

* Sentimientos de inutilidad o culpa, fijación en fracasos del pasado o autorreproches.

* Problemas para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar.

* Pensamientos frecuentes sobre la muerte, pensamientos e intentos suicidas.

* Problemas físicos sin causa aparente, como dolor de espalda o de cabeza.

¿Cómo puedo mejorar?

Además del diagnóstico oportuno, las terapias y los fármacos, los especialistas

y la OMS aseguran que el tratamiento para esta enfermedad debe ser integral, lo que incluye cambios de hábitos. El organismo de salud realiza algunas recomendaciones

a nivel personal para el bienestar del paciente:

* Mantener el contacto con la familia y amigos.

* Realizar una actividad física, incluso puede ser dar un paseo.

* Tener una alimentación balanceada.

* Crear una buena higiene de sueño.

* Reducir y evitar el consumo de alcohol y otras sustancias.

* Contar con una red de apoyo de confianza para hablar de la situación.

* Seguir realizando actividades que le gusten.

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