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¡Agua, agua, agua!, clamor en Palestina; cese el genocidio

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

A Gaza "se le acaba el tiempo", advierten expertos de la ONU que exigen un alto al fuego para evitar el genocidio y agrandar la catástrofe humanitaria. El aviso surge de la sede de la Organización de las Naciones Unidas en Ginebra a iniciativa de seis relatores especiales expresando una profunda frustración por la negativa de Israel de detener sus planes de diezmar la asediada franja de Gaza, de donde noticias alarmantes hablan de niños obligados a beber agua del mar ante la falta de agua limpia y dos millones de habitantes luchan por encontrar agua potable.

Hasta el 7 de octubre, Israel permitía que fluyera algo de agua a través de una de las tres tuberías que llegan a Gaza, pero sólo cubría un pequeño porcentaje de necesidades.

La mayor parte del agua de Gaza procede de fuentes locales, pero el combustible necesario para bombearla y limpiarla se agotaba rápidamente.

El 12 de octubre, hace casi un mes, a punto de la ofensiva total de Israel sobre la población de Gaza, las Naciones Unidas alertaban la aproximación de una crisis de agua en los refugios de emergencia de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA por sus siglas en inglés), organismo que ese día contaba doce muertos en su personal.

Horas después, con intensos bombardeos encima, los habitantes de Gaza se veían obligados a beber agua sucia y salada al agotarse el combustible necesario para el funcionamiento de los sistemas de agua potable.

Toda la franja de Gaza presentaba daños en la infraestructura, falta de electricidad para operar bombas y plantas desalinizadoras y el suministro limitado de agua en el mercado local.

No podía entrar combustible al territorio y los proveedores de agua israelíes ya no surtían en Gaza.

Todavía existía comunicación con las oficinas de la UNRWA a través de internet y teléfonos satelitales, pero se sabía que podría interrumpirse en cualquier momento.

Al 17 de octubre, la producción de agua en Gaza se encontraba al 5 % de los niveles normales, según un informe de Unicef que citaba a la Autoridad Palestina del Agua.

En esa fecha, los habitantes de Gaza vivían con menos de 3 litros de agua por día, muy por debajo de los 50 recomendados por la Organización Mundial de la Salud, mínimo absoluto necesario para satisfacer las necesidades básicas, incluidas bebida, cocina e higiene.

"Seguimos convencidos de que el pueblo palestino corre un grave riesgo de genocidio", afirmaron el 2 de noviembre los expertos. "Ha llegado el momento de actuar. Los aliados de Israel también tienen responsabilidad y deben actuar ahora para impedir su desastroso curso de acción".

Firmaron esta declaración Pedro Arrojo, relator especial de la ONU sobre los derechos humanos al agua potable y el saneamiento, Michael Fhari, relator sobre el derecho a la alimentación, Tlaleng Mofokeng, relatora sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel de salud física y mental, Paula Gaviria, relatora sobre los derechos humanos de los desplazados internos, Irene Khan, relatora sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión, y Francesca Albanese, relatora sobre la situación de los derechos humanos en el territorio palestino ocupado desde 1967.

Expresaron los seis su "profundo horror" por los ataques aéreos israelíes contra el campo de refugiados de Yabalia, en el norte de Gaza, el martes 31 de octubre por la noche, en los que al parecer murieron y resultaron heridos cientos de palestinos, y los calificaron de flagrante violación del derecho internacional.

"El ataque aéreo israelí contra un complejo residencial del campo de refugiados de Yabalia es una violación flagrante del derecho internacional y un crimen de guerra. Atacar un campo en el que se refugian civiles, entre ellos mujeres, niños y niñas, es una violación total de las normas de proporcionalidad y distinción entre combatientes y civiles", declararon.

Acogieron con satisfacción la resolución de la Asamblea General sobre la protección de los civiles y el cumplimiento de obligaciones jurídicas y humanitarias, aprobada por mayoría de Estados el 27 de octubre.

"Recibimos la resolución con esperanza, pero la necesidad de actuar es ahora", afirmaron.

"Todos los indicios apuntan a que hemos llegado a un punto de ruptura", advirtieron, señalando noticias alarmantes de niños obligados a beber agua de mar ante la falta de agua limpia, informes angustiosos de pacientes, incluidos niños, sometidos a cirugías sin anestesia, y personas con discapacidad y personas mayores desplazados y viviendo en tiendas de campaña porque sus casas se han convertido en escombros.

"La situación en Gaza ha alcanzado un punto de inflexión catastrófico", afirmaron, advirtiendo de la acuciante necesidad de alimentos, agua, medicamentos, combustible y suministros esenciales, así como de riesgos sanitarios inminentes.

"Pedimos a Israel y a sus aliados que acuerden un alto el fuego inmediato".

@kardenche

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