
La terapia: una ayuda imprescindible
La sexualidad no se remite sólo a la alcoba o al encuentro carnal entre dos personas. Su repercusión va más allá para el ser humano, tanto para su seguridad, salud física y emocional. Pero en ocasiones hay factores que impiden que esta parte de la vida se desarrolle con todo su potencial, lo que impacta en el resto de esferas y, por tanto, se vuelve necesario pedir ayuda.
Por esa razón, Alejandro Salas Aguilera, psicoterapeuta individual familiar y de pareja, habló sobre lo que se tiene que saber acerca de esta terapia psicológica, para que las personas que necesitan una orientación sepan a quién dirigirse.
¿De qué se está hablando?
Lo primero que consideró fue dar una definición:
“La terapia sexual es una modalidad, estrategia o recurso para apoyar a las personas que han tenido dificultades para sentir placer o satisfacción en sus relaciones sexuales. Llegar a ese goce puede ser difícil para muchas personas por diversas cuestiones: estrés, la tensión, trastorno depresivo o de ansiedad. Además de esto, en ocasiones la comunicación, la rutina o la cotidianidad, son elementos que van afectando a la relación del subsistema pareja”, dijo.
Como suele suceder con lo relacionado a la salud, hay diversas razones por las que se presente un problema. Por ejemplo, el origen puede ser algo fisiológico, que debe estar apoyado por la orientación de un médico.
Sin embargo, cuando los factores son internos o psicológicos, como la baja autoestima, problemas a nivel emocional o un mal manejo del estrés o de la ansiedad, es necesario ir con un profesional de la psicología para aprender a emplear diferentes técnicas.
“A partir de los años 60 ha ido evolucionando esta terapia y se puede apoyar de otras técnicas basadas en la terapia breve estratégica. Lo importante es ubicar que hay un problema, alejarse de la desinformación o del temor al qué dirán, pues hay personas que se quedan calladas o esperan a que el tiempo lo solucione, pero esto sólo irá agravando el problema".
“También es importante aceptar ir con un especialista, o hablarlo con la persona a la que se le tiene mayor confianza. Pero sucede que a veces no se le tiene la suficiente confianza a la pareja. Y también hay casos de personas que no tienen parejas, pero pueden presentar algunas problemáticas del desempeño o goce de su sexualidad”.
¿Ir al médico o psicólogo?
Salas Aguilera consideró que es una buena idea ir con cualquiera de los dos:
“Lo importante es identificar. Hay personas que van con el médico y de alguna manera puede identificar que hay otro asunto, y lo refiere con un psicoterapeuta con especialidad en terapia sexual. También los terapuetas de familiar y de pareja lo pueden abordar hasta cierto punto, pero si se requiere se tiene que ir con alguien aún más especializado, aunque siempre se puede trabajar en conjunto para dar una atención integral”.
También recomendó ver que tenga una cédula o especialidad en psicoterapia sexual, porque son las que acreditan que tengan el conocimiento y la formación para enfrentar escenarios de esa naturaleza.
¿Sólo o acompañado?
No hay duda de que la mejor manera de asistir a terapia cuando se tienen problemas sexuales con la pareja, es ir ir ambos. Pero hay ocasiones en que la otra parte no quiere asistir, cualquiera que sea su razón, y, en palabras del especialista, no se le puede obligar a asistir.
Sin embargo, también hay partes de la terapia que se pueden trabajar de manera individual. Incluso hay quienes hacen talleres grupales, en donde se pueden adquirir determinadas estrategias o reflexionar respecto a la sexualidad y la relación de la pareja.