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En Tres Patadas

Frente al odio, nos quedan las palabras

DIEGO PETERSEN FARAH

Nuestra amiga Lithal envía un mensaje de voz desde un poblado cercano a Jericó, Israel, donde vive. Dice que no puede dormir, solo tiene ojos y oídos para el miedo; miedo de que los terroristas de Hamás vayan a subir a la colina donde ella vive. Con la sabiduría que le caracteriza entiende que el problema de fondo es el odio: "Es horrible el odio, el odio es algo muy fuerte que hace que la gente cometa actos impensables. Nunca en mi vida vi tanto odio", dice y narra escenas de espanto, las mismas que vimos en videos una y otra vez.

No es fácil explicar el odio. El odio se cocina a fuego lento. En el libro V13, el extraordinario periodista y escritor francés, Emanuel Carrer, sigue y reconstruye el juicio a los yihadistas que atacaron el bar Bataclan en París un viernes 13 de noviembre de 2015. En el juicio, Salah Abdselman, uno de los acusados de terrorismo dijo a propósito del proceso que se le seguía: "es como si solo leyéramos el último capítulo de un libro; hay que leer el libro desde el principio". Y sí, tiene razón, hay muchísima historia detrás de estos atentados terroristas y de la respuesta, no menos brutal, de Israel contra la población civil de la franja de Gaza. La pregunta es dónde comienza y dónde termina este libro, o, dicho de otra manera, dónde cada una de las partes en conflicto y cada uno de nosotros comienza a leer este libro de arena que, como el del cuento de Borges, no tiene principio ni fin.

"Los infieles son nuestros enemigos. Ódialos con toda tu alma, pero no lo demuestres", escribió Osama Krayem, otro de los terroristas del viernes 13 en París, a su hermano en una carta personal. ¿Cómo se puede llegar a odiar con toda el alma y justificar esos niveles de crueldad? Albert Camús apuntó, en una entrevista con el periódico Le Progres de Lyon en 1951, a propósito de los juicios posteriores a la segunda guerra, que se puede mentir sin odiar, se puede mentir por amor, pero no se puede odiar sin mentir. "El odio es en sí mismo una mentira. Hace el silencio, instintivamente, en torno a toda una parte del hombre. Niega aquello que, en cualquier hombre, merece compasión. Miente, por lo tanto, esencialmente sobre el orden de las cosas". Detrás del odio hay una mentira básica, esencial, y es que hay algo que nos hace distintos a unos de los otros.

En la parte más conmovedora de V13, Carrer narra que el padre de una de las víctimas recibió una carta del padre de uno de los perpetradores del atentado del Bataclan. "Quiero hablar con usted de este trágico suceso, porque yo también me siento una víctima debido a mi hijo". El diálogo epistolar entre el padre de la víctima y el padre del victimario devino a la postre en una gran amistad y un libro titulado "Nos quedan las palabras".

Sí, frente al odio y su mentira esencial de que el otro, el distinto, no merece vivir, solo nos quedan las palabras.

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