Después de tanta inestabilidad, se comenzó a buscar la estabilidad por dos caminos: los conservadores pusieron sus esperanzas en Europa de donde querían obtener un monarca para el país; los liberales, seguían insistiendo en los valores que enarbolaban y que vino a dar como resultado la Constitución de 1857, antecedida por la ley Lerdo y por la ley Juárez.
Pero no vayamos tan de prisa. La vida política de Juárez es muy larga, no me voy a ocupar de ella. Lo sitúo en la Ciudad de México cuando tuvo que suplir a Comonfort cuando este dio un autogolpe de estado y renunció a la presidencia por no haber podido satisfacer las esperanzas ni de conservadores o de los liberales. Formó su gobierno con personajes que iban a ser muy valiosos para la nación como: Melchor Ocampo, Guillermo Prieto, León Guzmán Santos Degollado. A ellos se les conoce como los hombres de la Reforma.
No pudo sentarse tranquilo en la silla presidencia, tuvo que huir al ser perseguido por los conservadores. En Guadalajara intentaron fusilarle y fue Salvado por Guillermo Prieto. En Mazatlán se embarcó para dirigirse a Cuba y después a Nueva Orleans. En mayo de 1858 vuelve a Veracruz.
Por parte de los conservadores, es Miramón quien dirige los ejércitos. Curiosamente, Juan Nepomuceno Almonte, por el mismo partido, va a Europa a buscar a un miembro de las clases nobles que nos viniera a gobernar. Almonte era hijo de Morelos.
Se decretó la ley de nacionalización de los bienes eclesiásticos. La ley Lerdo ya había separado a la iglesia del estado. Nada de esto gustó a los conservadores, quienes lograron traer no solo a un emperador, Maximiliano, sino que también pudieron conseguir un ejército, el francés; venían acompañados de ingleses y españoles, pero se regresaron cuando se dieron cuenta de no ser una guerra justa.
Juárez se subió a su diligencia y se comenzó a mover por el país, mientras los ejércitos liberales se enfrentaban a los invasores. La batalla más famosa fue la de Puebla, que ganaron los mexicanos; aunque eso no le impidió a Maximiliano llegar a la capital.
Maxi no resultó ser el gobernante que los conservadores querían, ya que resultó ser igual de liberal que Juárez; o a lo mejor más. Quiso llegar a un acuerdo con él, pero era obvio que Don Benito no aceptara.
El oaxaqueño manda a su familia a los Estados Unidos. Con el tiempo, Maximiliano va perdiendo el apoyo de los conservadores y el de los ejércitos franceses, que tuvieron que volver a su país por los problemas que tenía su propio emperador, Napoleón el pequeño.
Miramón y Mejía no fueron pieza. Tuvieron que huir de la Ciudad de México, con todo y emperador, hacia Querétaro, donde fueron apresados para ser fusilados. Lo que demostró Juárez fue tener el carácter y la mano dura; no accedió a perdonar a Maxi.
Carlota tampoco encontró apoyo en los países europeos ni con el papa. Perdió la cordura y fue encerrada en un castillo; el de Miramar.
Algunos hombres de la reforma fueron: Leandro Valle, los hermanos Lerdo de Tejada, Santos Degollado, Zarco, Ponciano Arriaga, El nigromante, Ignacio Manuel Altamirano, Jesús González Ortega, Ramón Corona, Gabino Barreda.
Juárez se reeligió 7 veces, situación que no gustó a muchos, quienes ya se comenzaban a poner en su contra. Porfirio Díaz no fue muy bien tratado por el benemérito, quien lo mantenía apartado y lo miraba con recelo a pesar de haber ganado la capital para el movimiento.
Afortunadamente, don Benito supo morirse a tiempo. Su sucesor fue Lerdo de Tejada, quien no tenía el carácter del anterior, o la capacidad de negociar con los contrarios.
Porfirio Días proclamó el Plan de la Noria contra la última reelección de Juárez, pero fracasó. Posteriormente, el plan de Tuxtepec en contra de Lerdo, con el cual triunfó y pudo ocupar la presidencia.
Lo que en ambos proclamaba era la no reelección, pero después se le olvidó.
Los bienes de la iglesia no fueron a parar al pueblo, sino a manos de unos pocos que construyeron los grandes latifundios de finales del siglo XIX. Con la subida de Don Porfirio al poder comenzó a existir estabilidad económica y social, Pero ya hablaremos del porfiriato en el siguiente artículo.