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El espíritu de Villa cabalga

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

Aquel 20 de julio de 1923, El Siglo, periódico regional publicó la noticia a ocho columnas en su edición extra en Torreón: "Fco. Villa fue asesinado". Subtítulo: "Hoy a las ocho de la mañana fue acribillado a balazos en un lugar cerca de Parral". Debajo, un mensaje especial para El Siglo: "México, julio 20 de 1923. El General Francisco Villa fue asesinado anoche por su misma gente cerca de Parral. La noticia ha sido confirmada oficialmente. El corresponsal". En la parte inferior, otra nota: "Parral, julio 20 de 1923. Hoy a las 8 de la mañana el Gral. Villa y dos de sus hombres fueron muertos a balazos al ser asaltados en un punto llamado Guanajuato. El automóvil en el que viajaba Villa fue acribillado a balazos. Seguiré informando. El corresponsal". Llegó de esta manera la noticia a la élite de La Laguna.

Eran los meses previos a la sucesión presidencial de 1924.

Años después, Friedrich Katz escribiría: La División del Norte que Villa comandó fue probablemente el mayor ejército revolucionario que haya surgido jamás en América Latina. La revolución que Villa encabezó fue la única verdadera revolución social que jamás haya tenido lugar en la frontera misma de Estados Unidos. También fue una de las pocas revoluciones auténticas que se han producido en lo que podría describirse como una región fronteriza del continente americano.

José Doroteo Arango y Arámbula nació el 5 de junio de 1878 en el rancho de La Coyotada, municipio de San Juan del Río, Durango. Fue peón en la hacienda de Agustín López Negrete hasta 1894, cuando tras una confrontación con el hacendado tuvo que abandonar a su familia. Creció en las montañas de Durango, donde aprendió a sobrevivir y a evadir a la justicia porfiriana.

En 1896 se unió a la gavilla de Ignacio Parra, donde adquirió conocimiento de los caminos y las veredas de Durango, así como a utilizar armas de fuego. Fue arrestado en 1902 y obligado a ingresar al ejército. Poco tiempo después, logró escapar a Chihuahua, donde cambió su nombre a Francisco Villa. Intentó llevar una vida legal paralela a su actividad vinculada al robo y venta de ganado.

En 1910, por invitación de Abraham González, se incorporó a la revolución maderista que estallaría el 20 de noviembre. En poco tiempo, Villa se convirtió en uno de los dirigentes populares más respetados del movimiento.

Al triunfo de la revolución -derrocado el dictador Díaz-, Villa regresó brevemente a la vida civil. En 1912, volvió a tomar las armas para combatir la rebelión de Pascual Orozco. Fue puesto bajo las órdenes de Victoriano Huerta, quien ordenó su fusilamiento en junio de 1912 con el pretexto de insubordinación, pero no se efectuó.

Villa fue trasladado a la prisión militar de Santiago Tlatelolco en la Ciudad de México, de donde se fugaría a finales de 1912 para refugiarse en Estados Unidos.

Tras el asesinato de Francisco I. Madero en 1913, Villa retornó al país para incorporarse a la revolución constitucionalista contra el gobierno de Huerta. Al mando de la División del Norte, fundada en la hacienda de La Loma, Laguna de Durango, tomó la capital chihuahuense a finales de 1913, y ocupó por breve tiempo la gubernatura del estado. Allí, decretó numerosas medidas destinadas a mejorar la calidad de vida del pueblo, así como la confiscación de los bienes de la oligarquía.

La División del Norte tomó Torreón el 3 de abril de 1914 y Zacatecas el 23 de junio. Esta victoria propició la derrota definitiva del huertismo y la ocupación de la Ciudad de México por las fuerzas constitucionalistas en agosto del mismo año.

Para este momento, la ruptura entre Villa y Carranza parecía inevitable, por lo que Álvaro Obregón se ofreció a mediar en el conflicto. Así nació la iniciativa de organizar una Convención Revolucionaria en Aguascalientes en octubre.

Carranza desconoció a la Convención y se retiró a Veracruz en pie de guerra. Villa y Zapata ocuparon conjuntamente la capital del país el 6 de diciembre. Sin embargo, entre abril y junio de 1915 la División del Norte sucumbió militarmente ante las fuerzas obregonistas en sucesivas batallas en el Bajío, y se replegó a Chihuahua, donde continuaría luchando contra el carrancismo hasta 1920.

En marzo de 1916, Villa atacó Columbus, Nuevo México, hecho que provocó la incursión del ejército estadounidense en Chihuahua para capturar al revolucionario, conocida como la expedición punitiva, la cual se retiró en 1917 sin lograr su objetivo.

Al ser asesinado Carranza, Villa fue amnistiado por el gobierno provisional de Adolfo de la Huerta en 1920, y se retiró a la hacienda de Canutillo, Durango, donde estableció una pequeña colonia agrícola-militar.

Fue asesinado el 20 de julio de 1923 en Parral, Chihuahua, a manos de un grupo de pistoleros con la complicidad de autoridades locales y federales, quienes decidieron apartarlo del camino para prevenir un levantamiento militar encabezado por el popular jefe revolucionario durante la sucesión presidencial de 1924.

@kardenche

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