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¿Cuándo inicia una guerra mundial?

ARTURO GONZÁLEZ GONZÁLEZ

"Es posible que jamás haya estado el mundo tan lejos de comprender la evolución que lo arrastraba. Sin darse cuenta de que las civilizaciones son resultado de las evoluciones históricas, la opinión militante permanecía apegada a la idea de que una sola y misma ideología debía dominar al mundo. Y los países liberales, aun cuando conservaban sus instituciones, perdían la fe en el liberalismo sobre cuya base estaban constituidos". Así describió el historiador belga Jacques Pirenne la situación global de 1939. Las fuerzas desatadas en la primera mitad del siglo XX condujeron a dos conflagraciones globales. La fecha de inicio de ambas es una convención que se fijó tiempo después. Y como toda convención, corresponde a una visión que excluye aspectos importantes de la realidad. Pensar en 1914 y 1939 como parteaguas puede nublar nuestra vista respecto a sucesos anteriores que, incluso, nos revelan que ambos conflictos comenzaron en realidad antes de lo que hoy convenimos. Atender a ello nos permite comprender mejor la etapa actual que atravesamos.

En 1905 los imperios europeos que se repartían el mundo bajo la hegemonía británica se encontraban en pugna entre ellos y con imperios no europeos que reclamaban su lugar en el concierto de las grandes potencias. Ese año estalló la guerra entre Japón y Rusia por el control del Pacífico asiático, misma que concluyó con la derrota del imperio del zar. Para Pirenne, este fue el primer golpe que propinó una potencia extraeuropea al prestigio de Europa. El conflicto ruso-japonés reveló al mundo que los imperios europeos no eran invencibles.

Entre 1905 y 1906, y otra vez en 1911, estuvo a punto de estallar una guerra internacional por las pretensiones de Francia -apoyada por Reino Unido- y Alemania -apoyada por el Imperio austrohúngaro- de afianzar una colonia en Marruecos. Estas crisis, conocidas como Crisis de Tánger y Crisis de Agadir, se resolvieron con acuerdos que sólo postergaron una confrontación mayor. Entre 1912 y 1913 estallaron las Guerras de los Balcanes, una región que venía siendo un polvorín desde hace tiempo por disputas territoriales y fricciones entre pueblos en un momento en el que Imperio otomano, otrora hegemón de la zona, se encontraba en decadencia.

O sea que, para 1914, cuando asesinaron al archiduque Franz Ferdinand, que la convención histórica marca como inicio de la Primera Guerra Mundial, el mundo llevaba una década inmerso en conflictos internacionales, a los que debemos sumar revoluciones sociales como la rusa de 1905, la mexicana de 1910 y la china de 1911. Además, desde finales del siglo XIX, las grandes potencias venían aumentado sus arsenales de todo tipo. No fue una sola mecha, tampoco un solo barril. El campo estaba sembrado de dinamita y comenzó a hacer explosión antes de lo que creemos.

Al terminar la Gran Guerra en 1918, el mundo se encontraba sumido en la peor pandemia en siglos: la influenza "española". España fue el primer país en reportar los casos, pero no fue el origen. Hoy sabemos que el brote inició en una base militar de EUA y desde ahí se propagó cuando este país entró en la guerra en 1917. Los soldados estadounidenses movilizados llevaban en sus cuerpos el virus que para 1920 había matado a 50 millones de personas, más que la propia guerra.

Una mezcla de endeudamiento, inflación, sobreproducción, fragmentación monetaria y sobrecarga financiera condujo al crack de 1929 que provocó la Gran Depresión que se extendió hasta 1933. Dos consecuencias de la crisis fueron el ascenso de los ultranacionalismos y una ola de proteccionismo comercial que fragmentó aún más al mundo. Dice Pirenne: "por todas partes se vio exaltada la economía dirigida como el régimen indicado para sustituir al liberalismo, al que se hacía responsable de las crisis en que se hundía el mundo. Desapareció el librecambio de productos, capitales y personas, y el mundo se dividió en unidades económicas más o menos cerradas, yuxtapuestas y que retrocedieron al sistema primitivo de cambios bilaterales e incluso trueque".

En medio de este clima enrarecido, nuevos conflictos estallaron. La Italia fascista invadió Etiopía entre 1935 y 1936, lo cual casi provoca una guerra con la Alemania nazi, que luego se volvería su aliada. Entre 1936 y 1939 España se sumió en una guerra civil entre los republicanos socialistas, apoyados por la URSS, y las fuerzas falangistas, apoyadas por el III Reich alemán. El Imperio japonés emprendió una guerra de conquista contra China en 1937 que se prolongaría hasta 1945. Engallada por la parálisis de las potencias occidentales, la Alemania nazi se anexionó en 1938 Austria y los Sudetes checos. Para cuando en 1939 Hitler ordenó la invasión de Polonia, el mundo ya se encontraba en guerra.

¿Qué nos dice lo anterior de lo que hoy vivimos? Veamos. Tras los atentados terroristas del 11-S, EUA invadió Afganistán en 2001 e Irak en 2003, dos guerras que golpearon el prestigio de la hegemonía estadounidense no sólo por las mentiras y antiguas complicidades (Hussein y Bin Laden fueron aliados de Washington en el pasado) sino también por el desastre en el que se convirtieron. La falta de regulación del capitalismo financiero provocó el estallido de la burbuja de las hipotecas en 2008 y provocó la Gran Recesión de 2009.

En parte por la crisis global, se desencadenaron sendas guerras civiles en Libia y Siria en 2011 que, de conflictos locales, se convirtieron en auténticas conflagraciones internacionales con la participación directa o indirecta de varias potencias. En 2014, ante la mirada pasiva de Occidente, Rusia se anexionó Crimea y arrojó combustible a la guerra civil en el este de Ucrania. Tal y como ocurrió en la década de los 30, en 2018 el mundo entró en una nueva ola de proteccionismo y guerras comerciales por impulso del ultranacionalista Donald Trump. Y, de pronto… una nueva pandemia, la de Covid-19, que provocó una profunda recesión en 2021, agravada por la peor inflación en 40 años.

En vez de avanzar hacia la solidaridad, el mundo se adentra en la fragmentación: en 2022 Rusia invade Ucrania, en una guerra en la que participa la OTAN del lado de Kiev, y Norcorea, Irán, Bielorrusia y, de forma indirecta, China, del lado de Moscú. La formalización de la guerra de Israel contra Palestina no ha hecho sino ahondar las grietas en el orden internacional con un gran riesgo de que escale a un conflicto abierto regional. La brújula del caos global apunta ahora a la península de Corea y Taiwán.

En enero de 2017, el papa Francisco dijo: "estamos viviendo una guerra mundial en partes". En marzo de 2022, el politólogo Paul Poast declaró: "creo que podemos estar en las primeras etapas de lo que los historiadores dirán luego que fue el inicio de una guerra mundial". Yo propongo hoy que nadie sabe cuándo comienza una guerra mundial hasta que ya se encuentra dentro de ella. Alguien convendrá en el futuro la fecha de inicio.

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