Hay preocupación, inquietud, desconfianza, recelo en los vecinos de las Colonias Las Rosas y El Campestre de Gómez Palacio. Después de 24 meses que iniciaron los trabajos de reposición de las líneas de drenaje; 24 meses de polvo, de ruido, de incomodidades, de obstáculos para meter y sacar el automóvil del garage o cochera de la casa, de ingerir los alimentos aderezados con la tierra que se cuela al interior de las viviendas; después de 24 meses y aun no terminan lo que mal empezaron.
La capa de asfalto que aplicaron para cubrir el pavimento de las calles, parece que no alcanzó para la totalidad de las vialidades que destruyeron, pues solamente lo han "echado" a unas cuantas cuadras, quedando muchas de ellas a la mitad; el cuadro de intranquilidad se complementa porque ya no se ven máquinas ni cuadrillas de trabajadores y las zanjas que abrieron están mal tapadas, quedando bordos, en un pavimento irregular que las hace intransitables.
Esto aunado a las alcantarillas destapadas, representa un foco peligroso, que expone la seguridad de los residentes y de quienes transitan por estas colonias. La obra está a cargo del gobierno del Estado cuyos funcionarios, comenzando por el gobernador, están en el proceso de preparación de maletas ante la próxima e inminente partida por la terminación de su función, lo que ocurrirá en unas cuantas semanas.
El cuadro que presentan las arterias de estas dos colonias, es lastimoso y deplorable. Si la directamente responsable de esta mala e interminable obra es la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SECOPE) del gobierno del Estado de Durango y su titular, el Secretario, pues que éste asuma su responsabilidad y deje la comodidad de sus oficinas en Durango capital y se dé una "vueltecita", a la zona de desastre, digo a la zona donde se están llevando a cabo estos trabajos que hasta ahora son interminables.
Si lo hace, podrá darse cuenta de la lentitud con la que opera este programa del gobierno del Estado, al mismo tiempo que constatará lo que en este Panorama estamos diciendo, y el temor que tienen los residentes de que cómo ya está por terminar el sexenio de Aispuro Torres, se vayan y dejen las cosas sin terminar. Parece que así será, pues ya no se nota que haya gente trabajando y todavía son muchas las calles que faltan por pavimentar que, estamos seguros, una vez finalizados dichos trabajos le darán un aspecto novedoso y agradable a este importante sector urbano.
Los vecinos han constituido un grupo de protesta y defensa, el cual propone a la gente de estas colonias, que al encontrarse en la calle, en el banco, en el supermercado, en la panadería, en la peluquería, en el salón de belleza, al recoger a sus hijos en las escuelas, en fin donde sea, después del saludo formal, pronuncien esta frase: "Que ya se van. . .que así las cosas dejarán; que ya se van . . . que así las cosas dejarán", como entonando un estribillo; y otro vecino le conteste el saludo, diciendo: "No dejemos que se vayan. . .si el trabajo no lo acaban"; "No dejemos que se vayan. . . si el trabajo no lo acaban".
Faltan todavía cuatro meses para la culminación de la administración estatal; ¿es mucho, es poco? Quién sabe. Pero sí es suficiente para que en un acto de autoridad, el gobernador ordene a la SECOPE la terminación de esta obra que así como está afecta la plusvalía de fincas y predios. Si alguno de los que allí viven tuviera necesidad de vender su casa para hacer frente a un compromiso emergente, seguramente el valor del predio y el de la construcción disminuirá, afectando seriamente su status financiero.
Aunque no sea obra del Ayuntamiento, también la Presidencia Municipal de Gómez Palacio debe intervenir, porque finalmente son ciudadanos gomezpalatinos los que están resultando afectados y la autoridad municipal debe actuar en su defensa y protección. Es una obligación legal y constitucional de alcaldesa, síndico y regidores velar por el bienestar y la tranquilidad de la población.
Que las sesiones de Cabildo sean para ventilar asuntos que realmente importan e interesan a la ciudadanía y no convertirlas en arena para pleito de mercaderes, quitándole dignidad al Ayuntamiento y disminuyendo la calidad del trabajo edilicio de comisiones en el Cabildo-
Que exijan al Gobierno del estado acelere la culminación de su labor pública para que no se dé la típica situación del funcionario irresponsable y cínico, tan mexicana que es: "el de atrás paga"; "el que viene atrás que arree", o el muy vulgar: "aquí estamos como los "pasojos" de los burros, unos detrás de otros".
