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Agravio al profesor José Santos Valdés

RAÚL MUÑOZ DE LEÓN

Puede considerarse como una equivocación. Sólo así se explica la osadía del Presidente con licencia de Lerdo, al haber presentado ante el Ayuntamiento iniciativa para cambiar de nombre al bulevar José Santos Valdés por el de José Rosas Aispuro Torres, actual gobernador del Estado de Durango.El alcalde licenciado, maneja como uno de sus principales argumentos en el cual fundó tan impopular propuesta "es que el señor gobernador le ha dado mucho apoyo a Lerdo y estamos muy agradecidos con él". No prejuzgamos sobre el apoyo que Martínez Cabrera dice que Lerdo ha recibido del gobernador. Lo cierto es que no se ve por ningún lado que ese apoyo se haya traducido en obras e infraestructura trascendente que saquen al municipio y a la ciudad del letargo y postración.Aceptando sin conceder que Lerdo ha recibido de Rosas Aispuro un apoyo destacado, no es motivo suficiente ni de peso para haber afrentado al maestro Santos Valdés, pues ello lo hace el mandatario estatal en cumplimiento de una obligación que la ley le impone, y no en virtud de un acto de voluntad personal de carácter político o de índole administrativa ni con recursos propios; simplemente está cumpliendo con su deber. "Quien cumple con su deber, con lo que la ley le manda, no tiene mérito alguno".Además ese apoyo no lo otorga el gobernador de sus propios recursos, lo que sí sería meritorio, son recursos contemplados en el Presupuesto de Egresos del gobierno del Estado para el ejercicio fiscal 2022. La iniciativa del alcalde fue aprobada por mayoría en sesión del Cabildo, tomando el Acuerdo de reemplazar el nombre del profesor José Santos Valdés por el del gobernador José Rosas Aispuro Torres.Independientemente de que el gobernador tenga en su favor elementos suficientes para que un bien del dominio público, como es una vialidad, lleve su nombre; seguramente los tiene, se le pueden señalar errores en que ha incurrido su administración; en realidad, no hay oposición para que éste u otro bien público se llamen José Rosas Aispuro Torres; lo verdaderamente grave de este caso es la forma en que se hizo; pudo haberse buscado otra arteria, parque, estadio o escuela, por ejemplo, que no tuviesen nombre y bautizarlo con el del gobernador.La forma en que se ha hecho, es una afrenta para el profesor y su familia, borrar su nombre como si se tratara de cualquier persona y no del gigante de la educación, es una acción que ha generado que sectores diversos de la comunidad lagunera se manifiesten en contra de lo que autorizó el cabido lerdense.Originario del Rancho Camargo, municipio de Matamoros de La Laguna, José Santos Valdés García de León, es un lagunero que pudo haber nacido en cualquiera de los conurbados municipios de nuestra Comarca. Su estatura intelectual y la dimensión de su personalidad la proyectó en todo el país, de tal manera que puede considerarse un mexicano universal; su vocación docente y su entrega al servicio de la educación, lo coloca en un sitio especial al lado de Justo Sierra, Gabino Barreda y José Vasconcelos, los tres grandes de la educación en México.Promotor incansable de la escuela rural mexicana, formador de innumerables generaciones de maestros, escritor y periodista; colaborador de la Revista Siempre! de José Pagés Llergo; identificado y militante destacado de la izquierda mexicana, José Santos Valdés García de León , el maestro, tenía los méritos suficientes para que el Ayuntamiento de Lerdo, Durango, tomara en su momento el acuerdo de reconocer su grandeza imponiendo su nombre a una de las principales vialidades de la Ciudad.Rica y productiva fue la vida del maestro Santos Valdés. Nace el 1º de noviembre de 1905. Fue director de escuela primaria; supervisor de zona; director de Educación Rural de la Secretaría de Educación Pública; fuerte impulsor de las escuelas de agricultura y veterinaria; exponente del normalismo rural.Apasionado laborista, luchó siempre por un sindicalismo honesto e independiente del gobierno; criticó severamente al sindicalismo magisterial burocrático; fustigó a quienes utilizaban el sindicato de maestros para acceder a un puesto de elección popular o para obtener un cargo dentro de las estructuras gubernamentales. Enseñó a niños y jóvenes el camino del éxito, conduciéndose en todo momento con sinceridad y honradez.He leído y escuchado que a uno de los grupos inconformes con la decisión del Ayuntamiento de Ciudad Jardín, al manifestarse en la Presidencia Municipal, el empleado que los atendió les dijo: "el Acuerdo ya está tomado, háganle como quieran, palo dado ni Dios lo quita". Esto no es verdad. El Ayuntamiento de Lerdo, debe aceptar que se equivocó y rectificar; llevar a cabo un acto de desagravio reponiendo el nombre del maestro José Santos Valdés.Su grandeza en la educación, su lucha permanente en bien del pueblo de México y su biografía ejemplar no pueden ser manchados por la pequeñez y la mediocridad.

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