
(FOTO: ERICK SOTOMAYOR)
La maestra Alicia Serna ha montado una exposición de 22 obras en el atrio de la Plaza Cuatro Caminos. Se trata de pinturas al óleo, realizadas tras su convalecencia por el virus de COVID-19. Su voz relata esa experiencia, donde estuvo hospitalizada cerca de 40 días. Tras ser dada de alta, su cuerpo se encontró debilitado, sus manos temblaban y durante mes y medio dependió de un tanque de oxígeno para respirar.
En el proceso, su fe, su familia, sus amigos y el arte fueron factores para revivir su ánimo. El encuentro con este último, recuerda, fue todo un descubrimiento. El relato proyecta imágenes y acude a su época como educadora de preescolar.
“Cuando tenía mi grupo, sacar copias fotostáticas era muy caro. Invertías tu sueldo en eso y mejor hacías los dibujos en hoja de máquina, para que los niños hicieran su trabajo. Desarrollabas mucho esa habilidad del dibujo, pero en toda mi vida de educadora, nunca probé lo que era el óleo. Trabajaba con otros medios: crayolas, acrílicos, pero nunca usé el óleo”.
La técnica del óleo la abordó cuando uno de sus hijos, que ejerce como psicólogo, quiso un cuadro para su consultorio. La familia visitó galerías y tiendas de la región, pero ninguna obra fue del gusto de su hijo. Entonces la maestra le preguntó cuál era su idea y decidió buscar al maestro Guillermo García Ochoa para aprender a pintar en óleo. El enamoramiento con la técnica fue inmediato.
“A partir de ahí dije: ‘Yo no lo dejo, esto no lo dejo, esto es lo mío porque me siento muy bien haciéndolo’. Es tan fácil porque el tono fluye en el pincel, en el lienzo tan a gusto, ni siquiera causa mucho trabajo”.
Por tal motivo, las pinturas que integran la exposición Mi paso por el COVID, de Alicia Serna, reflejan cómo ese talento descubierto por casualidad pudo ayudar a la maestra durante la enfermedad. Los cuadros enmarcan rostros pertenecientes a las heroínas que le salvaron la vida: sus doctoras y enfermeras. También existen obras desbordadas de color.
“No tenía, no tengo y son suficientes todas las veces que les he dicho gracias, para todo lo que le agradezco a Dios y a cada una de las personas que estuvieron conmigo en este proceso. Entonces, una de mis agradecimientos fue hacerles cuadros y empecé haciendo cuadros oscuros, porque estaba triste y plasmas todo. Incluso, llegó un momento en que veía tan oscuro que ya no alcanzaba a ver los colores. Y al final de todo este proceso, ahorita, lo que estoy haciendo es de mucho color, que es señal para mí, de alegría porque ya estoy bien”.
La muestra de Alicia Serna estará disponible hasta el próximo 8 de febrero.