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Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez, a 40 años del Premio Nobel de Literatura

La Academia le otorgó el reconocimiento por sus obras que 'reflejan la vida y conflictos de una continente'

(ARCHIVO)

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SAÚL RODRÍGUEZ

Cuatro décadas han pasado desde la inmortalización de Gabriel García Márquez en la lista de los Premios Nobel de Literatura. El anuncio fue dado por la Academia Sueca, en voz de Per Gillensten, su secretario permanente, el 21 de octubre de 1982. Era jueves. Gabo tenía entonces 55 años y vivía un bloqueo político, pues no tenía permitido cruzar a Estados Unidos debido a su amistad con el presidente cubano, Fidel Castro.

La Academia le otorgó el reconocimiento por sus obras que “reflejan la vida y conflictos de una continente”, además de que en sus textos “donde se mezcla lo fantástico y lo real en un rico mundo de la imaginación, se refleja la vida y conflictos de un continente”.

García Márquez fue el primer autor colombiano (y hasta la fecha el último) en obtener el Nobel de las letras. También sería el cuarto latinoamericano en lograrlo, sólo por detrás de la chilena Gabriela Mistral (1945), el guatemalteco Miguel A. Asturias (1967) y Pablo Neruda (1971).

Gabo resultó acreedor a un estímulo económico por 1.15 millones de coronas suecas, es decir, unos 157 mil dólares de ese entonces. Cien años de soledad, su novela icónica, ya había vendido más de 10 millones de ejemplares y se había traducido a 32 lenguas alrededor del orbe.

Desde que las principales televisoras interrumpieron su programación a las 07:05 horas para dar el anuncio del Nobel, García Márquez no cesó de recibir llamadas de las principales agencias de prensa y personalidades del mundo.

La primera felicitación que recibió fue cortesía del presidente colombiano, Belisario Betancour, quien calificó al autor como un hombre que “siempre le ha dado la gloria a Colombia”.

Después del fallo, Márquez fue anfitrión de la prensa en su residencia colonial, ubicada en un barrio acomodado de Ciudad de México. Un año antes, había buscado asilo en el país pues en Colombia lo acusaban de estar involucrado en un contrabando de armas para las fuerzas izquierdistas.

En una entrevista concedida a la cadena de radio RCN, el autor comentó: “Este premio no es una distinción para mí, sino para toda la literatura latinoamericana y un reconocimiento al auge y porvenir de la literatura latinoamericana”.

Sobre su futuro tras recibir el premio, el escritor añadió que su único deseo era seguir haciendo periodismo e invertir el dinero obtenido en el periódico que quería hacer circular en Colombia.

Como anécdota, García Márquez había declarado semanas antes que, su amigo, el británico Graham Greene, era quien debería adjudicarse el Nobel de Literatura de ese año.

Además, en el pueblo colombiano de Aracata, lugar donde el escritor nació el 6 de marzo de 1927, se celebró una gran verbena popular con motivo de la condecoración.

Ceremonia en Estocolmo

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Días antes de la ceremonia de premiación, durante una conferencia, García Márquez fue aplaudido por un lapso prolongado. No deparó en hablar sobre la pobreza, las violaciones a los derechos humanos y los problemas de desarrollo en Latinoamérica.

La cita con la historia ocurrió el 10 de diciembre de 1982. García Márquez viajó hasta Estocolmo, Suecia, para recibir su premio. Allí apareció en la Sala de Conciertos, omitiendo el código de vestimenta, envuelto totalmente de blanco y contrastando con los trajes de los apremiados en Física, Química, Economía y Medicina.

En la sala había mil 730 invitados. El escenario se adornó con claveles amarillos, mismos que fueron donados por la Oficina de Turismo de San Remo (Italia), ciudad donde Alfred Nobel vivió sus últimos años.

El evento se amenizó gracias a la Orquesta Filarmónica de Estocolmo, bajo la dirección de Sixten Ehrling. Se interpretó el Intermezzo Interrotto de Bela Bartok, con especial dedicación al autor, pues había asegurado que era uno de sus músicos favoritos.

Además, el rígido protocolo sueco fue interrumpido por la música de cumbia. En total actuaron cinco grupos colombianos, entre los que destacaron Leonor González, Toto la Mamposina y Los Ballenatos.

García Márquez cerró su discurso ofreciendo un homenaje a la poesía: “El premio que acabo de recibir lo entiendo, con toda humildad, como la consoladora evidencia de que mi intento no ha sido en vano. Es por eso que invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestra América, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía”. 

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