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Los trazos con lápiz le significaron rutina desde pequeño. En esa infancia, el dibujo fue su nicho creativo. Hasta que, en una Navidad, le obsequiaron unas pinturas. Sin dudarlo, comenzó a pintar y en enero su padre lo inscribió en unos cursos.
Bernardo Augurio es un pintor lagunero que ha emprendido su proyecto de manera independiente. Alumno de la maestra Lizzi Hansen de Gotés e influenciado por el cubismo de Picasso y el surrealismo de Dalí, trata de expresar lo personal de manera universal y se entrega a lo geométrico.
“Directamente, me fui con el óleo. Me gustó tanto que nunca lo dejé y es lo que sigo pintando. Se me hace una técnica bastante noble, por el hecho de que puedes hacer y deshacer en el momento y después”.
En su trabajo, Augurio enfatiza la pincelada. El óleo le da la oportunidad de tomarse el tiempo en los detalles, reflexionar y hacer mezclas de ideas. Siempre que tiene una idea, esta se trasforma durante el proceso.
Fiel a un pensamiento independiente, el artista inauguró su galería hace ocho años. Dice que buscó su propio espacio, donde las ideas no se vieran interrumpidas durante la creación pictórica.
“Siempre busco proyectar ideas de lo que a veces veo. Siempre he dicho que uno pinta lo que ve, lo que siente y lo que escucha, con eso haces tus propias creaciones. Mis temas de interés son personales, pero tratando de exteriorizarlos para poderlos compartir y que los demás los puedan comprender”.
Augurio fue el ganador de la primera emisión del concurso Pinta tu música (2011), así como seleccionado en eventos como la I Bienal de Pintura José Anastasio Monroy (2011), la exposición 90 años de El Siglo de Torreón (2012) o la Bienal de Pintura Alfonso Michel (2018-2019).
En 2017 fue seleccionado por el consulado de Estados Unidos en Monterrey, con el fin de participar en el programa YLAI México. Allí se embarcó con el proyecto Artes sin barreras y representó a Coahuila en el Encuentro de Jóvenes Creadores del Norte de México.
A ocho años de haber inaugurado su galería, el lagunero comparte que “el arte puede abrir tantas puertas como lo hace una sonrisa”, una frase escrita en la parte superior del salón y que corona los momentos donde brinda clases a sus alumnos.
“Así he visto el arte. Estoy muy agradecido porque me ha abierto las puertas a muchas cosas”.