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A 10 años del fallecimiento del escritor mexicano Carlos Fuentes

'Él tenía necesidad de comprender el tiempo que estaba viviendo y por eso recurría al pasado', considera investigador

(ARCHIVO)

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EL UNIVERSAL

El 14 de mayo de 2012, Carlos Fuentes planteó en una hoja tamaño carta el esquema —con capítulos, temas, protagonistas y número de páginas— de la que sería su nueva novela, "El baile del centenario"; esa obra se quedó en proyecto en su cabeza, pues al día siguiente el narrador mexicano murió, tenía 83 años de edad y un cúmulo de proyectos por delante.

A 10 años de su fallecimiento, Carlos Fuentes sigue vigente y vivo a través de su obra literaria e intelectual, como lo confirma el politólogo e investigador Jovany Hurtado García, quien desde hace 10 años ha estudiado la obra política y literaria de Fuentes y acaba de concluir "El postiempo mexicano de Carlos Fuentes. El periodismo", en el que analiza el periodismo —o mejor dicho, ensayo— que el autor de "Terra nostra" y "Aura" publicó en la prensa entre 1994 y 2012.

"Es su última etapa de periodismo, que me parece que no es periodismo. He descubierto que Carlos Fuentes dejó de ser periodista en el 68, cuando publicó 'París, la revolución', y a partir de ahí empezamos a ver al ensayista que está en los periódicos hablando sobre los problemas nacionales, sobre la cultura, sobre sus intereses y siguiendo siempre las mismas líneas que vemos en 'Tiempo mexicano' del 61 y en 'Nuevo tiempo mexicano' del 94, que considero la última etapa de su periodismo", dice Hurtado.

El editor de "Conferencias políticas" y "A viva voz", que recogen textos de Carlos Fuentes, asegura que en esos años Fuentes fue un ensayista al estilo de Montaigne, él tenía necesidad de comprender el tiempo que estaba viviendo y por eso recurría al pasado, aunque son textos que dan una visión de futuro, y que leídos hoy, a 10 años de su muerte, pareciera que es un autor que escribe en presente.

"Habla sobre 2006, hay dos artículos donde habla sobre Calderón y sobre López obrador y empieza a hablar sobre cuidar las instituciones políticas; en el 98 ya empieza a hablar sobre el tema del crimen organizado y la necesidad de buscar soluciones para que los jóvenes no sean captados por estos grupos; es muy interesante ver cómo Fuentes es un adelantado a su tiempo, y creo que es adelantado a su tiempo no porque sea un brujo, sino porque entiende muy bien el pasado de México, está leyendo el presente pero lo está leyendo a la par que lee lo que está pasando afuera, al exterior. Hoy, de nueva cuenta, parece que estamos en lo que él llamaba ‘la cortina del nopal’, está lo que pasa en México y en Centroamérica, pero no estamos viendo lo que sucede en Ucrania, que nos está afectando con la inflación y Fuentes sí tenía una lectura muy amplia, esta es la nueva visión que estoy viendo a través de sus ensayos que aparecen en periódicos", señala.

Pero más allá de ese proyecto que es su tesis de maestría, Jovany Hurtado habla de otros tantos proyectos que ya emprende sobre Fuentes, que lo están ayudando a llegar al punto más ambicioso que persigue: la biografía intelectual del autor de "La región más transparente" y "La muerte de Artemio Cruz", de quien este año también se celebran los 50 de su ingreso a El Colegio Nacional y que conmemorarán con otro libro: "Hispanoamérica, una querella de familia".

Esa obra que ya está lista y podría publicar Alfaguara, reúne ensayos en unas 120 páginas donde Fuentes habla de México y América Latina y que al publicarse provocará un "buen debate" por el tema de España y América Latina.

Más allá de esos libros que ya están terminados y listos para publicarse este año, a Hurtado, con anuencia de Silvia Lemus —viuda de Fuentes—, le gustaría editar las cartas del escritor con sus amigos, en especial con Alfonso Reyes, quien fue su maestro y a quien le dedicó el único poema que escribió, y con quien sostuvo una larga amistad, como consta en las cartas que resguardan la Capilla Alfonsina y Silvia Lemus, de la que reproducimos tres misivas.

"Sólo han salido las cartas con Arnaldo Orfila, las que sostuvo con Octavio Paz se quedaron en proyecto, pero en Princeton están las cartas con García Márquez, con Vargas Llosa, que es el último sobreviviente del Boom, con Cortázar que están las ida, pero no las de vuelta", afirma Hurtado García, quien señala que en Princeton, donde se encuentra el archivo personal de Fuentes, "vamos a encontrar muchas sorpresas".

Dice que otra faceta que quisiera editar es la del caricaturista. "Él decía: ‘si yo no hubiera sido escritor, hubiera sido caricaturista y le hubiera hecho la competencia a Rius’. Su caricatura es abundante, le hizo caricaturas a Reyes, a Vasconcelos, a Torres Bodet, a Aguilar Camín, está el mural en su estudio, donde caricaturizó a todos los personajes de México".

También quiere rescatar los informes diplomáticos que se encuentran en el Archivo Genero Estrada y "ponerlos en su justa dimensión", pues permiten ver al escritor de visión política muy amplia, "hay que ver a ese Carlos Fuentes porque ha sido denostado por ser embajador con Luis Echeverría, pero lo que nos dejan ver esos informes es a un diplomático narrando, ahí también está el escritor y político; te sorprendes porque tiene una visión política muy amplia, desde que es embajador en Francia, está hablando que Mitterrand va a ser presidente y le faltaban seis años. Hay que rescatar esa faceta sobre todo hoy que vemos la mala calidad de embajadores que tenemos, quisiéramos tener a un Reyes, a un Fuentes o a un Paz". Incluso, agrega, habría que aprovechar que en la Cancillería está Marcelo Ebrard, uno de sus lectores.

Pero también en la casa de San Jerónimo hay grandes tesoros: "Hay cartas dispersas, hay un archivero pequeño con fichas que Carlos hizo para "Cristóbal Nonato", valdría la pena escribir algo sobre ese archivo; están las caricaturas, hay muchas fotos, los premios, están los facsimilares —las originales están Princeton— de las libretitas negras de viaje que Fuentes siempre llevó y que casi todas iniciaba con un dibujo de donde estaba y las terminaba con un dibujo de donde estaba cuando terminaba", señala el investigador.

La idea es seguirlo editando para las nuevas generaciones, que es algo que le importa mucho a Silvia Lemus, que Fuentes se lea en las universidades, entre los jóvenes, por eso Alfaguara ha relanzado las obras de Fuentes con nuevas portadas diseñadas por Alejandro Magallanes, y por eso en este décimo aniversario de su muerte es objeto de homenajes que le rinde la UNAM, El Colegio Nacional, la Academia Mexicana de la Lengua, el INBAL, la Universidad Veracruzana, la Casa de las Américas, entre otras instituciones en honor de quien Jovany Hurtado considera un humanista que tocó todos los géneros.

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