No existe una cantidad ideal de juguetes para un infante, pero su recomendación es que tengan variedad de artículos para estimular su creatividad. (AGENCIAS)
¿Alguna vez te has preguntado cuántos objetos de juego necesitan tus hijos? Con la llegada de los Reyes Magos, no es nada sorprendente que deseemos llenar de regalos a los más pequeños, sobre todo en estos tiempos de pandemia, pues tratamos de compensar el mal momento que han pasado durante el confinamiento.
Sin embargo, la pregunta continúa en el aire y, para colmo, se añade una más: ¿es benéfico para los infantes recibir demasiados obsequios en tan poco tiempo?
Resulta que, hace un par de años, realizaron en Inglaterra un estudio sobre la relación entre los niños y sus juguetes. Los resultados arrojaron que, a lo largo de sus primeros años de vida, llegan a coleccionar más de 300, de los cuales solo usan para el juego dos o tres. Incluso, los más pequeños prefieren los empaques o las cajas de obsequio al mismo objeto, mientras que los padres se esmeran en dar más.
A esto se suma la reacción que tienen ante los regalos. Por ejemplo, 52% de los pequeños solo muestran interés en los juguetes nuevos entre uno y siete días. En tanto, 12% les dedica su atención por más de un año, de acuerdo con datos revelados por el Informe sobre el Juego Infantil en España, elaborado por la cadena de supermercados ALDI.
ENTONCES, ¿CANTIDAD O CALIDAD?
Ante esta serie de cuestionamientos, especialistas consultados coinciden: no existe una cantidad específica para regalar. No obstante, lo realmente importante es ser parte del juego.
"Los padres de familia necesitan entrar al juego, dejarse llevar, hacer su aportación, convertirse en el personaje y sentir la emoción. Ese vínculo, a través del tacto y de la comunicación presencial, es fundamental. Es lo que deja huella, más que la intención y más allá de la gran expectativa, ese momento es fundamental", explica el psicólogo y psicoanalista Infantil, Zaid López, quien además forma parte del equipo de Spin Master, empresa de origen canadiense especializada en juguetes y entretenimiento para niños.
Por otro lado, para Jéssica Sánchez, experta en Ciencias de la Educación y en Educación Preescolar, así como maestra en Tecnología Educativa, no existe una cantidad ideal de juguetes para un infante, pero su recomendación es que tengan variedad de artículos para estimular su creatividad y potencializar sus habilidades. Perderse en ese mundo de juguetes no tiene nada de malo, porque también fortalecen su poder de elección.
"Solo se requiere implementar ciertas estrategias para que se haga uso de todos. Por ejemplo, mi hijo y yo hacemos una negociación sobre los juguetes que necesitará en la semana. De esta manera, sacamos una cantidad específica, de dos a seis muñecos, y los vamos rolando. Esto ayuda a recordar aquellos que ya había olvidado o, bien, que no había contemplado a la hora de jugar", comparte Sánchez, quien también es parte de Spin Master.
Sin embargo, para Elizabeth Escutia Hernández, profesora de Pedagogía en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), mientras menor sea la cantidad de productos, mayor será la calidad de juego para los infantes porque, asegura, tienen la posibilidad de incrementar el poder de atención, creatividad, trabajo y juego con su cuerpo y con los objetos que poseen a su alrededor.
"No hay mejor juguete que el tiempo que le dedicamos para jugar con ellos. Ya sea su mamá, papá, tíos o abuelos, porque todos los adultos que rodeamos al pequeño contamos con experiencias hermosas para compartirle. Es momento dedicar todo nuestro tiempo para ellos", enfatiza la pedagoga.
TIPOS DE JUGUETES POR ETAPA
Primera (de cero a seis meses): juguetes que les permitan descubrir su cuerpo y sonidos. Por ende, los muñecos con diferentes texturas son los ideales: móviles, sonajas o artículos de trapo que estén completamente texturizados porque pondrán a trabajar sus sentidos.
Segunda (de siete a 12 meses): hay mucho más consciencia corporal, así que las pelotas permiten trabajar el arrastre y gateo. Se sugieren los que son sonoros y con luces, y aquellos que motiven su marcha (andaderas o andadores que vayan impulsando con su mismo cuerpo).
Tercera (de un año a año y medio): tienen mayor autonomía y comienzan a caminar. Por ello, juguetes armables de gran tamaño, como cubos con los cuales hagan una tipo de torre, son perfectos pues así se fortalece su seguridad.
Cuarta (de uno y medio a dos años): desean jugar con alguien más, así que se aconsejan los cochecitos, pizarrones, instrumentos musicales y otros que representen dinámicas de roles y les permitan expresar cómo entienden su entorno. Para la parte cognitiva y emocional, son buenos los rompecabezas: permiten trabajar la tolerancia, atención y organización.
Quinta (de dos a tres años): aquí se presentan nuevas inquietudes y descubrimientos. Tienen más marcado utilizar los juguetes para representar las acciones y conductas que ven en sus padres, abuelos y otros niños. Por lo tanto, los teléfonos de juguete son recomendables en esta fase, y también los que puedan estimular la visión de lo que los rodea.
Sexta (de tres a cinco años): estos niños requieren estimular su lenguaje y sus habilidades artísticas. De ahí que se suelen inclinar más por las marionetas, libros e instrumentos musicales como teclados o baterías que, además, les permiten mayor contacto durante el juego.
Séptima (de cinco a ocho años): es en la cual desarrollan mucho más el nivel cognitivo. Les pueden interesar ciertos tipos de juegos de mesa donde continúan trabajando la tolerancia y la frustración. Asimismo, los patines y bicicletas contribuyen a mejorar su coordinación motora.
Octava (de ocho a 12 años): los juegos de experimentos son los más llamativos durante esta etapa, así como los videojuegos. Eso sí, es necesario ser cuidadosos y tener un criterio bastante exigente para decidir qué videojuego les vamos a obsequiar. Debes evitar los que sean muy violentos. En cambio, son preferibles los que son deportivos y/o reafirman algún conocimiento.
