
REFRANERO DEL QUIJOTE DONDE UNA PUERTA SE CIERRA, OTRA SE ABRE
El Quijote I, 21
Después de que don Quijote y Sancho Panza fracasaron en la llamada aventura de los batanes, van por el camino cuando el caballero manchego cree descubrir un hombre que en el camino viene a caballo "y traía en la cabeza una cosa que le relumbraba como si fuera de oro" y piensa que es el legendario yelmo de Mambrino.
Exclama entonces don Quijote el refrán que dice: "DONDE UNA PUERTA SE CIERRA, OTRA SE ABRE. Dígolo porque si anoche nos cerró la ventura la puerta de la que buscábamos, engañándonos con los batanes, ahora nos abre de par en par otra, para otra mejor y más cierta aventura, que si yo no acertare a entrar por ella, mía será la culpa, sin que la pueda dar a la poca noticia de batanes ni a la oscuridad de la noche.
Digo esto porque, si no me engaño, hacia nosotros viene uno que trae en su cabeza puesto el yelmo de Mambrino, sobre que yo hice el juramento que sabes".
El yelmo es parte de la armadura que cubre la cara y la cabeza. El yelmo del rey Mambrino, que convertía en invulnerable a quien lo portaba, le fue ganado a éste por Reinaldos de Montalbán, según el relato del "Orlando enamorado".
El refrán invita a no derrumbarse ante un fracaso. Si una vez algo falla, tener siempre el ánimo de que habrá otra oportunidad que se aprovechará y resultará exitosa. El infortunio ha de quedar en la puerta que se cierra, ante la nueva puerta que se abre para quien no se deja vencer.
J.A García Villa
@jagarciavilla