
Las palabras tienen la palabra
El del escritor y cineasta francés Jean Eustache es quizá el caso de humor negro más patético que se haya conocido jamás. Se encontraba hospedado en un hotel. De pronto, sale y cuelga en la puerta un letrerito que dice: "Llame fuerte, como para despertar a un muerto". Luego, vuelve a entrar en la habitación y se suicida disparándose un balazo en la cabeza.
La palabra epitafio viene del griego epi, que significa sobre, y taphios, que es lo referente a una tumba. Generalmente, el epitafio es una inscripción que se pone sobre el sepulcro y ha habido muchos casos en que se juega con algo que es tan serio como la muerte misma.
El letrero de Eustache, aunque no fue colocado sobre una tumba convencional, se considera epitafio porque el cuarto de hotel en que se hospedaba resultó ser su tumba, aunque haya sido con carácter provisional.
Quizá el más famoso de los epitafios que se conocen es el que dicen que hizo poner sobre su tumba el comediante estadounidense Groucho Marx, en el que se disculpaba muy educadamente: "Perdónenme que no me levante" y también dicen -aunque no creo que sea cierto- que el mismo Groucho mandó poner sobre la tumba de su suegra un entusiasta epitafio que expresa su alegría con una porra: ¡RIP RIP Hurra!
Alfred Hitchcok, director cinematográfico de películas de gran suspenso, ya tenía pensado su epitafio que advertía: "Esto es lo que les pasa a los chicos malos", aunque a la hora de morir yo creo que ni se acordó, porque el epitafio fue pensado, pero nunca fue escrito.
Otro comediógrafo de humor más que negro, renegrido, lo fue el español Enrique Jardiel Poncela, que antes de morir (claro que antes, porque después sería imposible) ordenó que se adornara su tumba con el letrero "si queréis los mayores elogios, moríos", o sea, que como decía mi compadre Lupe "el agradable" ¡Qué curioso! Después de muertos, todos nos hacemos buenos.
En las caricaturas de Porky y sus amigos, aparecía el sonriente puerquito despidiéndose: "That→ s all folks" (Eso es todo, amigos) y Mel Blanc, el actor que hacía la voz de Porky, pidió que esa fuera y esa fue la frase con la que se despedía del mundo y sus fulgores: "That→ s all folks".
Entre muchos más, cito otros epitafios notables: "No tengan miedo" de Jorge Luis Borges, "Ya decía yo que ese médico no valía mucho" del comediógrafo Miguel Mihura, y el de Mario Moreno "Cantinflas", que cantinfleando muy a su estilo se retira diciendo: "Parece que se ha ido, pero no se ha ido".
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PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Hiram García.- ¿Cómo es, cacahuate garapiñado o garampiñado y qué significa?
RESPUESTA:
Lo correcto es garapiñado. Se introduce el cacahuate pelón en una especie de melaza que al sacarlo se queda adherida y se solidifica. Se llama garapiña porque el cacahuate garapiñado parece una piñita.
Me retiro con esta reflexión de Francisco de Quevedo: Sale de la guerra paz, de la paz, abundancia, de la abundancia, ocio, del ocio, vicio y del vicio, guerra. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.