
Ambos deben tener interés y ganas de olvidar la cotidianeidad, reestableciendo el entusiasmo por la convivencia.
La relación de pareja resulta ser una de las mejores experiencias vividas por el ser humano y también una de las más complicadas.
Cuando inicia el enamoramiento entre dos personas, cada una trata de conquistar continuamente a la otra por medio de cumplidos, obsequios y demás estrategias, todo es sencillo pues no se exigen demasiado, al contrario, ambas partes están dispuestas a darlo todo.
Pero como todo proceso en la vida, el amor también debe evolucionar con el paso de los años, pero en ocasiones ese amor inicial, lleno de entusiasmo, resulta afectado por la espantosa rutina que hace que la mayoría de las relaciones comiencen a debilitarse.
Al inicio de las relaciones se plantean ciertas metas a realizarse, lo que se conoce como un plan de vida, que con el paso del tiempo y la convivencia diaria puede modificarse en algo que no se había pensado, por lo que surgen las discusiones y la apatía.
La convivencia diaria se vuelve la misma año tras año, pensando, erróneamente, que ya se conoce todo de la pareja, por lo mismo ya está todo dicho y hecho y se cae en el aburrimiento o sedentarismo emocional.
Esto, junto con la pérdida de comunicación, puede dar lugar a la infidelidad o hasta el término de la relación.
Por eso la vida de pareja es complicada, se requiere de un gran esfuerzo y dedicación que en la etapa “rutinaria” deben elevarse, para superar una de las crisis más comunes que se presentarán a lo largo de la misma.
Di no a la rutina
A pesar de que la rutina suele ser un gran obstáculo en la pareja, no es tan complicado librarla, es bien sabido que no existen un manual o receta milagrosa para contrarrestarla pero sí hay una serie de actividades que podrían evitar la monotonía.
La modificación de la rutina involucra cambios tanto de actitud personal como de los hábitos y las circunstancias.
El primer punto y el más importante es que ambos deben tener interés y ganas de olvidar la cotidianeidad, reestableciendo el entusiasmo por la convivencia.
Otro de los factores importantes es la comunicación; dialogar, saber decir las cosas o a veces saber callarlas y rectificar cuando se está equivocado.
Es indispensable no olvidar que seguro habrá que arriesgarse a que ocurran cosas desconocidas o no vividas.