CONOCE MÁS SOBRE LA MATRIMOFOBIA.
EL UNIVERSAL
MÉXICO, D.F.- Ya tienes todo listo en la cabeza: cómo será tu vestido, las invitaciones, ya escogiste el salón, la música y hasta el banquete; lo único que falta es que tu novio se anime a dar el siguiente paso: pedirte que te cases con él. Y, sin embargo, por alguna extraña razón, se está tomando su tiempo.
Seguramente conoces el caso de una pareja que lleva muchos años como tal y que siguen de novios porque uno de los dos huye del compromiso definitivo que implica el matrimonio.
Cuando una relación afectiva llega a consolidarse y el paso lógico siguiente es el casarse en algunas personas aparece la angustia y desean escapar ¿de qué?, normalmente del sentirse "dependientes" de alguien y de dejar atrás la "libertad" que da la soltería.
Enamorarse es muy fácil.
Él no se detiene hasta ganar el corazón de la damisela en cuestión: en la etapa de la conquista es detallista, caballeroso, gasta a manos llenas en regalos y rodea a la chica de un sinfín de atenciones; arregla su coche, la lleva de compras..., en pocas palabras, la hace sentir especial, atractiva, amada y maravillosa. Así, ¡es difícil no caer!
Incluso habla de un futuro en común, haciendo creer a la otra parte que una vida compartida es algo posible y deseable.
Lo más común es que si le preguntas a un fóbico al compromiso sobre sus relaciones pasadas, él te dirá que ha fracasado con muchas parejas, pero te hará creer que fue porque no había encontrado a nadie tan maravillosa y especial como tú.
¿Por qué el miedo?.
Todo contrato trae consigo ventajas y obligaciones, que son el precio que debemos pagar.
Uno de los compromisos más trascendentales de la vida adulta, que conlleva tanto las recompensas más gratificantes como las obligaciones y renuncias mayores, es la decisión de formar un matrimonio.
Sabemos que al casarnos renunciaremos a gastar dinero como se nos antoje, a disponer libremente de nuestro tiempo, a hablar de lo "mío" porque ahora todo es "nuestro" y una larga lista más.
Casarnos obliga a anteponer la conveniencia de la pareja (y después la de los hijos) a la individual, y las necesidades del hogar a las ambiciones personales; por esta razón hay quienes se muestran tan reacios a dar este paso, ya que tendrán que dejar de gozar de muchas de las prebendas de vivir solo.
A pesar de ser normalmente los más renuentes a la idea de casarse, los hombres (por más raro que parezca) también piensan en el matrimonio y en la pareja ideal.
Así que aquí enlistamos, para tu consideración, algunas de las principales características que los hombres buscan en la mujer con la que sí se animarán a "amarrar el nudo":
- Amiga: Si van a pasar toda la vida con una persona, lo mínimo que esperan es que ésta sea capaz de mantener una conversación, tanto seria como relajada, que entienda y aprecie su sentido del humor y con quien se sienta a gusto estando solos, sin padecer silencios abrumantes o terminar mirando, ambos, las paredes y el techo. Ellos buscan una compañera y una amiga, además de una amante apasionada.
-Espontánea: Es un hecho que a los hombres les gustan las mujeres que no son un libro abierto y que no son tan predecibles. Una mujer que los sorprenda día a día los fascina. Se trata de que te intereses por conocer cosas nuevas, que te preocupes de mantenerte informada y de que te arriesgues en algunos aspectos de la vida.
-Independiente: Suele pasar que cuando andamos con alguien inmediatamente nos olvidamos de nuestras amigas y pasamos a ser su sombra. La verdad es que esto es lo peor que le puede pasar a la mayoría de los hombres. Les encanta sentirse parte importante del mundo de su pareja pero no su centro. Que su novia mantenga viva la relación con sus amigas, sus pasatiempos y su propia identidad, le da la seguridad de tener una compañera para la vida y no alguien que depende de él para todo, hasta para divertirse o no.
-Organizadas: Por lo general, los hombres son mucho más dispersos que las mujeres. Aquello de que no pueden hacer dos cosas a la vez, es totalmente cierto. Por ello, contar con una compañera que sea organizada y que le facilite algunos detalles prácticos en la vida, será para él, la mujer ideal
-Centrada: Una mujer madura, que los ayude a tomar buenas decisiones y que mantenga una visión equilibrada, capaz de ver los pros y contras de cada situación es para ellos muy deseable. Ellos, no lo olvides, a final de cuentas, siempre serán un poco niños.
-Consentidora: Un hombre espera que su pareja lo consienta. Llegar a tu casa y recibir una sonrisa, un beso y un abrazo en vez de reclamos y regaños; a veces hacerle un rico sandwich o una cenita íntima para dos, darle un masaje, ver una peli de acción en lugar de las tuyas de amor, dejarlo gozar del partido con sus cuates sin reclamos, etcétera, lo tendrá feliz y contento, y lo mejor, sin ganas de huir. Los detalles nunca están de más.
-Valores comunes: Éstos son un aspecto fundamental pero poco considerado. Puede que la idea de buscar valores comunes suene a algo de familias conservadoras, pero la verdad es que los hombres siempre van a terminar casados con una mujer que tenga una educación similar a la suya y que busque lo mismo que él en el matrimonio, que puede ser desde estabilidad y una familia, hasta una compañera para sus locas aventuras. Dicen que el hombre siempre termina casado con alguien parecido a su madre, y eso no está tan alejado de la verdad. La religión o su ausencia, su código de ética, sus ideas respecto a la educación de los hijos, todo eso habrá de tomarse en cuenta.