La reactivación del virus Epstein Barr se asocia a un menor peso de los bebés al nacer y a una inferior longitud del cuerpo y circunferencia de la cabeza
NUEVA YORK, (Reuters) .- Si el virus Epstein Barr o EBV, responsable de la mononucleosis entre otras enfermedades, se reactiva durante el embarazo, podría conducir a nacimientos prematuros o incluso a partos en los que el bebé nace muerto, según un nuevo informe.
"La reactivación del EBV en la primera parte del embarazo estuvo asociada a menores duraciones de los embarazos y bebés de menor peso", dijo a Reuters la doctora Anne Eskild del Instituto Noruego de Salud Pública, en Oslo.
"Pese a que no es significativa, esta tendencia fue más prominente en bebés que nacieron muertos", agregó.
¿Qué es?
El virus de Epstein-Barr o Herpesvirus humano 4 pertenece a la familia de los herpesvirus, subfamilia de los virus linfoproliferativos por mostrar especificidad por los linfocitos B.
Los herpesvirus, de los que hay más de cien especies diferentes en humanos y animales, son virus ADN y poseen cápside. Casi todo el mundo es portador de este virus y, a menudo, permanece en el organismo mucho tiempo, incluso años, sin dar cuadro clínico alguno, en calidad de infección latente. Y es que los herpesvirus poseen la capacidad de esconderse en las células del organismo suspendiendo su actividad, si no del todo, prácticamente del toso. La reactivación del virus puede estar producida por factores diversos: estrés físico o psíquico, radiación solar, fiebre, otras infecciones o un tratamiento que debilite el sistema inmunológico. No se sabe con exactitud cuál es el factor que los pone de nuevo en movimiento.
La MI
La mononucleosis infecciosa (MI) puede ser ocasionada por diversos virus predominantemente el virus de Epstein-Barr, descubierto hace 36 años por Epstein, Achong y Barr. El VEB se ha asociado a procesos neoplásicos predominantemente en pacientes inmunosuprimidos.
Tiene una alta prevalencia infectando al 90% de la población con tendencia a la cronicidad; es común en adolescentes y adultos. Se caracteriza clínicamente por faringitis, fiebre, y linfadenopatía; serológicamente hay aparición de anticuerpos heterófilos y hematológicamente por la presencia de leucocitos mononucleares con monocitos atípicos . Dentro de las complicaciones se encuentran anemia hemolítica autoinmune, trombocitopenia y en casos raros síndrome hematofagocítico y ruptura esplénica. También puede haber alteraciones neurológicas, hepáticas, renales, cardiacas y pulmonares pudiendo llegar hasta la obstrucción de la vía área. Los pacientes con MI sólo requieren tratamiento sintomático y el uso de antibióticos debe limitarse al tratamiento de infecciones bacterianas. El aciclovir es efectivo en el tratamiento de la leucoplasia oral vellosa; se pueden utilizar otros antivirales en la MI con adecuados resultados. El uso de esteroides es controversial. La vacunación puede ser útil en pacientes de alto riesgo como receptores de trasplantes, portadores de síndromes linfoproliferativos asociados al X y habitantes de áreas endémicas de linfoma de Burkitt o carcinoma nasofaríngeo.
Enfermedad del beso
El virus de Epstein-Barr se transmite por la saliva, y se reproduce en las células del tejido epitelial de la cavidad bucal, lengua y glándulas salivares. El enfermo casi no presenta síntomas en esta fase de la llamada ?enfermedad del beso?, pero el peligro de contagio es extremadamente alto. El virus se extiende por los ganglios linfáticos, situados en la zona de la cavidad bucal, infectando a los leucocitos B. Tras la reacción inmunológica subsiguiente, los leucocitos B infectados quedan destruidos, lo que provoca el cuadro clínico de la mononucleosis infecciosa: fiebre alta y adenopatías. El virus permanece durante mucho tiempo, a veces durante toda la vida, en las células B, y puede ser transmitido por la sangre. Por el momento no existe una vacuna ni un fármaco específico contra la infección causada por este virus.
Esta infección puede provocar dos enfermedades o afecciones benignas, la leucoplaquia y la mononucleósis.
La investigación.
Eskild y sus colegas investigaron el riesgo de muerte de fetos y embarazos con otros resultados según el estado de EBV durante el embarazo, valiéndose del Registro Médico de Nacimientos de Noruega.
El equipo indagó 280 muertes de fetos y 940 recién nacidos escogidos al azar entre los 35 mil 940 nacimientos registrados.
Se encontró una primera instancia de la infección con EBV en el 1.5 por ciento de las mujeres embarazadas, reportó el equipo en BJOG, un periódico internacional de Obstetricia y Ginecología y el 25 por ciento de las mujeres presentaban signos de reactivación de EBV durante el primer trimestre.
Los embarazos de mujeres con una reactivación significativa de EBV fueron notoriamente más breves que los de las mujeres en las que no se detectó el virus, indicó el informe.
A su vez, la tasa de reactivación de EBV fue más de dos veces más alta entre mujeres que dieron a luz antes de las 21 semanas, todos los bebés nacieron muertos, que entre aquellas que parieron después, notaron los investigadores.
La reactivación de EBV se asoció también a un menor peso de los bebés al nacer y a una inferior longitud del cuerpo y circunferencia de la cabeza, según los tamaños promedio.
"Nuestros descubrimientos necesitan ser verificados por otros", dijo Eskild y agregó que el "conocimiento sobre las consecuencias de la infección maternal con EBV durante el embarazo es insuficiente para hacer cualquier tipo de recomendación clínica (...)".