Un papá en exceso rígido y frío puede llegar a crear hijos (as) inseguros y con baja autoestima.
Por generaciones a muchos hombres, por suerte no a todos, se les educó para creer que manifestaciones como la ternura, el afecto, el cariño eran formas de mostrarse débiles, que eso era comportarse un poco como las mujeres.
Esto, al paso de los años, ha producido distanciamientos entre padres e hijos (as); los primeros en ocasiones no saben cómo decirle a un hijo o a una hija que los quieren, son torpes con sus caricias y al sentirse invadidos por sentimientos que les provocan un nudo en la garganta, prefieren evitar esos momentos. Se entra entonces en un círculo vicioso en el que yo necesito recibir afecto, pero hago todo lo posible por que no te me acerques.
Son muchos los padres de familia que piensan que sólo sus problemas son relevantes, que únicamente lo que a ellos les sucede vale la pena. Se olvidan de dedicar unos minutos a escuchar lo que sus hijos (as) tienen que decirles. Lo que les pasa a los niños y a los jóvenes también es importante.
En muchas familias se vive la creencia de que el papá no debe manifestar su afecto a los hijos o hijas cuando ya están creciendo, como si su adolescencia los pusiera en riesgo. Entonces dejan de manifestar su afecto, dejan de besar y tocar a las hijas, y mucho más a los varones. Incluso he llegado a escuchar que temen que el cariño expresado a los hijos pueda convertirlos en homosexuales. No hay que olvidar que el afecto del padre nos fortalece.
A veces los hijos de padres que se divorcian se convierten en botín, en motivo de negociación. Uno puede dejar de amar a la ex pareja, se puede enojar muchísimo con ella, pero nunca podremos divorciarnos de los hijos, nuestro compromiso con ellos debe continuar a pesar de las diferencias con la "ex". Ellas tampoco deben evitar que los hijos se relacionen con su padre, algo bueno debió tener en algún momento que aceptaron embarazarse de él. Las facturas pendientes en la pareja no deben cobrarse a través de los hijos (as).
La ausencia del padre lleva a muchos pequeños a formarse una idea fantástica de lo que podría ser papá, lo idealizan, lo sacan de contexto. El enfrentamiento con la realidad puede ser muy doloroso cuando se comprueba que él no es ni remotamente como lo hemos imaginado.
Muchos hijos pasan años pensando en cómo salvar a sus padres de una adicción y pueden incluso llegar a sentirse culpables de ella. Tratándose del alcohol, no hay nada como integrarse a un grupo Alanon, fraternidad en la que se reúnen los hijos, las hijas, amigos y parientes de las personas que padecen la adicción.
El amor no debe imaginarse, sino sentirse y disfrutarse. Un papá en exceso rígido y frío puede llegar a crear hijos (as) inseguros y con baja autoestima.
Si sus hijos o hijas son pequeños, demuéstreles su amor por ellos; si sus hijos ya crecieron, no deje de darles afecto, si ahora son adultos, no se olvide de comunicarles su interés por ellos.
Son innumerables las formas en las que podemos decir te quiero pero la fuerza de las palabras es contundente. Es falso que demostrar nuestro amor nos debilite, al contrario, hacerlo nos llena de fortaleza. Si usted demuestra su cariño, seguramente que también se hará merecedor de otras formas de afecto.