Andrea Meza (26) es prototipo de la mexicana moderna. Ingeniero en Software por la U. de Chihuahua y parte del Instituto Municipal de la mujer en su tierra, impuso no solo su hermosura, sino también el sello de su talento al decir “La belleza radica en nuestro espíritu” una frase ejemplar para las damas de esta tierra, en tiempos de violencia contra ellas. Al igual que Lupita Jones (1991) y Jimena Navarrete (2017) no solo ganan cetro universal, sino marcan una era.
Otro tanto, en distinto marco, hacen Almada y su gente. El DT califica a semifinales con la venganza en la mirada pues nadie olvida la goleada de Rayados hace no mucho en esas instancias. Descubrieron todos que la vida se enriquece con los sueños, que en el combate el heroísmo se mezcla con la pasión, que la existencia no es premeditada y que la aventura, simplemente aparece.
El arte, la verdad y la belleza se dirigen hacia nuestra parte secreta, el inconsciente. Ahí tenemos un libro abierto, un cerebro que habla, un amigo que espera y ahora mismo Santos puede proclamar “Yo soy el pueblo y voy en busca del tiempo perdido” porque dar alegría a la gente, su gente que viene de larga pandemia y de sufrir sequías y limitantes. Es un regalo divino.
Mientras Mr. Aguirre y su plantilla de jugadores ricos no tienen donde esconderse de la furia popular, uno mira en repeticiones de visión personal a ese caballo de trote fino y estampa verde. Es Alan Josué Cervantes Martín del Campo (23) artista de sensibilidad, visión periférica y sacrificio en servicio que emociona el juego y convence a la región única, ésta, la de los pueblos del viento.
Santos impuso su sello pese a César Ramos, que no dio penal en la mano de Gallardo, a quien le rebotó la pelota en el remate de Dória para el toque de Rony Prieto que nos puso de cabeza, con un gol que rompió el sueño rayado y abrió la pantalla imaginaria de ilusión plena a los chicos de Almada, callados y austeros. Los regios parecían huir de algo (cada cual sabrá de qué y quiénes).
Atreverse a vivir con valentía es como entrar desnudo a una tormenta, como escribir con los ojos cerrados y quien lo hace merece admiración, por eso extraña que habiendo tantos medios en el regiomonte, las voces en general son de lamento y desaprobación pero pocos son los que reconocen el mérito santista. El dilema no son los hechos, sino las otras miradas de la realidad.
¿Cómo hacemos para poner a buen recaudo los prejuicios? Eso es como retar o sancionar al hombre que se gana la vida con su imaginación y eso son los laguneros, seres que miran la existencia con su corazón híbrido abierto y que encuentra en esta nueva ilusión una oportunidad para disfrutar ese sabor único de la esperanza. ¿Y hasta dónde va a llegar? Ojalá que sea para hacer felices a nuestra gente, porque dábamos por hecho que teníamos que soportar el dolor. Como dijo con razón la bella Andrea “La belleza radica en nuestro espíritu”.
Alejandro Tovar // [email protected]
