Publicación. Los arcoíris negros (Editorial De Otro Tipo, 2020) es el libro más reciente de Sergio Pérez Torres.
El encuentro de Sergio Pérez Torres (Monterrey, 1986) con la literatura se dio a través de una pequeña biblioteca que había en su hogar. Allí se relacionó con libros de cuentos, de investigación e incluso cómics. Su padre era un aficionado a las lecturas cómicas y a los problemas matemáticos. Mientras que su madre era atraída por las novelas rosas. Estas influencias lo invitaron a una especie de comunión en silencio, donde su relación con los libros brotó de manera natural.
Ahora, Sergio Pérez Torres es un reconocido poeta en el norte del país, con más de siete libros de poesía publicados. Sus condecoraciones incluyen la obtención del primer lugar en el IV Certamen Literario Ana María Navales (España) y las menciones honoríficas en el Concorso Internazionale di poesia e teatro Castello di Duino XIII Edizione (Italia) y en el Primer Premio Internacional de Poesía New York Poetry Press (Estados Unidos).
En México, su currículum engloba una decena de reconocimientos, incluidos el XXIV Premio Nacional de Poesía Sonora 2016 Bartolomé Delgado de León, el Premio Nacional de Poesía Carmen Alardín 2017, el Concurso Palabras Migrantes, la Convocatoria Coediciones Tierra Adentro, entre otros.
Recientemente, el regiomontano presentó su libro Los arcoíris negros (Editorial De Otro Tipo, 2020), su primera incursión oficial en la narrativa, donde el tema de la muerte se asoma entre renglones.
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Tras enraizarse en la poesía, Sergio Pérez Torres decidió que era tiempo de introducirse en el género narrativo.
"Creo que también otro tipo de intereses y lecturas, lo determinaron de una manera involuntaria. Definitivamente, no es que tuviera la claridad, como en otros casos, de pensar que iba a escribir este libro".
Una anécdota fue el detonante para que el regiomontan diseñara la estructura en su mente.
"El tema ya estaba dado. Es un libro que gira alrededor de la muerte, que desmenuza las distintas concepciones que puede haber sobre ella".
El autor describe que Los arcoíris negros fue un impulso, una necesidad que se abrió camino de manera inesperada. Él mismo se había pensado como poeta y observar cómo sus nuevos textos se orientaban hacia la narrativa, le resultó interesante y disfrutable.
"Cuando escribo poesía es un proceso nostálgico, doloroso. Fue irónico que en la narrativa, aunque estuviese tratando suicidios, funerales, asesinatos, etcétera, me divertiera muchísimo".
A pesar de su pasión, Sergio Pérez Torres no resta seriedad al tema de la muerte. El tópico le interesa porque también es uno de los principales bastiones en su obra poética. Menciona que, incluso en sus momentos más amorosos, esperanzadores o lumínicos, la presencia de la muerte ha estado latente, tirando de los hilos o ejerciendo presión sobre él.
En Los arcoíris negros, algunos de los personajes resaltan bajo un fulgor nocturno, pues la noche es una de las simbologías donde también replica el eco de la muerte.
"Estoy bastante ligado a todo lo que envuelve a la noche. Creo que gran parte de las cosas importantes, digamos extaordinarias, suceden precisamente en la noche".
Sergio Pérez Torres considera que en la oscuridad puede hallarse un poco de luz. Es un aspecto similar al Ying y al Yang, donde en medio de lo oscuro existe un punto blanco y viceversa.
"También es por eso que, los seres humanos, sin importar nuestro desarrollo o nuestros logros, seguímos fascinándonos por encontrarnos en el cielo nocturno".
El suicidio es otra vertiente de la muerte que el autor toca en su obra. Pérez Torres se basa en recuerdos personales para edificar su ficción. Especialmente para abordar la fascinación mórbida que la sociedad occidental suele experimentar ante este tipo de muerte.
"Creo que cuando alguien muere por una cuestión causada, como un asesinato, una enfermedad o cuestiones relacionadas con la edad, lo asumimos de una manera más natural. Pero cuando la muerte es autoinducida, es inexplicable. Se supone que los seres vivos estamos configurados para sobrevivir, para sobreponernos por el instinto de supervivencia y lograr consevarnos. Pero en muchas ocasiones, las circunstancias son más grandes que estos instintos biológicos".
Por último, el autor revela que un 95 por ciento de Los arcoíris negros posee raíces autobiográficas. Existen elementos que replicó o disfrazó porque su interés no radicaba en publicar sus memorias, sino en hacer literatura.
"No son los momentos más importantes de mi vida; son los momentos necesarios para que el libro tuviera una coherencia, una unidad y pudiera ser disfrutado por otras personas".
