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Ensayo sobre la cultura

¿Para qué sirve la educación?

Ensayo sobre la cultura

José Luis Herrera Arce

Cuando entré a profesional, en el 69, la carrera de comunicación apenas comenzaba. La carga académica era de l3 materias anuales. Para los estándares de ahora, significa el doble. Tenemos ocho horas diarias de clases y los sábados cuatro. Había materias de todos los gustos y sabores; mucha filosofía, literatura, sicología, aparte de las propias de la carrera. Muchos pensaron que era anti didáctico, y a lo mejor lo era; Aun así, nos faltaron materias que después he tenido que estudiar por propio interés.

La educación es algo más que prepararte para que ejerzas una profesión; por principio de cuentas, debe adaptarte a la sociedad en la que vives; para eso servía el civismo. También de ella debemos obtener sentidos de la vida; por eso en la prepa te comienzan a dar nociones de filosofía; y debe desarrollar potencialidades como el sentido de la estética, con la introducción a las artes; centrarte dentro de los procesos históricos y sobre todo, despertar una curiosidad intelectual; que si es buena, nunca terminaras de satisfacer.

La educación es el temario de lo que tienes que aprender el resto de tu vida.

Está bien prepararte para el mundo profesional y el de los negocios. El hombre es algo más una máquina para hacer dinero, pensando que el dinero te dará todo lo que necesitas para ser feliz y llegar a los exceso de convertir el oro en sanitarios para arrojar las heces.

La educación lo que debe de hacer es abrirte la conciencia hacia el mundo, los otros, la naturaleza, el universo. Abrirte los ojos hacia ti mismo para responderte cuales son las cosas que te realizan y que verdaderamente te hacen feliz. Sólo tú puedes llegar a conocerlo; lo que te digan los demás tiene que pasar por tus procesos críticos.

Hay muchos padres que truncan las vocaciones de sus hijos haciéndoles estudiar cosas que no les gustas sólo por ser carreras que aparentemente dejan dinero. Todas las profesiones y todos los oficios dejan lo que deben de dejar cuando te dedicas a ellos con entera vocación; y hasta los profesionistas que salen de buenas universidades pueden fracasar si no tienen vocación y no se entregan al trabajo como tienen que entregarse.

Gauguin dejó su profesión de banquero para dedicarse a la pintura. Lo abandonó todo por ello. Se dedicó a la vida bohemia, convivió con Van Gogh, los dos fueron inadaptados pero son importantes hoy en la historia de la pintura. Cumplieron con su vocación y en ella se realizaron.

Los que pasan a la historia son los que descubren lo que vienen hacer a la vida; para bien o para mal. Son las biografías que nos interesa conocer. Muchos de ellos no terminan los estudios porque se vuelven autodidactas de sus propias necesidades y resuelven sus problemas con resolución.

Los que fracasan son los que piensan que el titulito se los va a resolver todo, o papi o el sistema. No les interesa aprender más de lo que saben, o hacer un esfuerzo más allá de lo que se les exige. Estos son los que ponen de pretexto la falta de oportunidades en el trabajo. Es más fácil convertirse en ninis y ser una carga para la sociedad. Nadie les paga lo que creen valer porque en realidad no lo valen.

El título ya no representa nada por todas las trampas que se pueden hacer en el proceso educativo. Mi experiencia como maestro me ha enseñado que a muchos estudiantes no les interesa saber y navegan por la escuela sin mucho convencimiento sobre al aprendizaje. Les interesa un papel que a lo mejor no les resolverá sus problemas porque los empleadores no son tontos; si pagan un sueldo, quieren ver resultados.

Desgraciadamente, la filosofía de los últimos tiempos que ha reducido el ser al tener, ha dado al traste con la verdadera realización del hombre. El afán de la riqueza ha dejado en segundo término a la moral, provocando la inestabilidad social en la cual vivimos. También nos ha convertido en egoístas; nos importa muy poco el bienestar comunitario, por eso no podemos sacrificar nuestras diversiones en beneficio de combatir una pandemia que nos está matando.

Ya no tenemos fe en nada y la ciencia no ha podido reemplazar a nuestra fe. No somos máquinas; somos seres humanos con inteligencia, pasiones, corazón, capacidad de amar, de sentir, de gozar, de darse, de descubrir y de resolver problemas. Para eso es para lo que debemos educarnos.

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