Columnas la Laguna

METRÓPOLI LAGUNA

TERMINAR EL AÑO TEJIENDO

TALÍA ROMERO

Vamos a cerrar el 2020 como nunca imaginamos: encerrados, lamentando la muerte y la enfermedad de seres queridos, sin posadas en el mejor de los casos, haciendo recuentos virtuales y recortes financieros…

Éste, más que cualquier otro año, se nos presentaron síntomas no sólo del cuerpo, sino también del sistema económico, político y social en el que vivimos inmersos. Y los síntomas no son sino la forma en que el organismo nos avisa que estamos enfermas o enfermos. Para atender la enfermedad, tenemos la opción de tomar remedios paliativos para aliviar los dolores o poner cartas en el asunto para aliviar el fondo, aquello que está provocando esos efectos.

Cuando acudimos a recibir atención médica, a veces preferimos no prestar atención a las recomendaciones que implican transformar nuestro estilo de vida: comer sanamente, hacer ejercicio, descansar suficiente, etc. Y como ciudadanos, con o sin cargo público, nos vemos también en la posición del enfermo que conoce la cura de fondo pero prefiere tomar píldoras de acción inmediata, que nos hagan sentir mejor y seguir operando cotidianamente.

Coordinar administrativa y operativamente a La Laguna puede abordarse también desde esta disyuntiva: colocando una que otra institución que parezca metropolitana mientras los gobiernos municipales y estatales continúen su rumbo separadamente; o construyendo herramientas, mecanismos, y también instituciones, que reconozcan las problemáticas de nuestra zona urbana y tengan la capacidad de plantear soluciones integrales, a largo plazo, que involucren a la diversidad de voces, necesidades, grupos y realidades que habitamos esta Zona Metropolitana.

No sólo tener claro el diagnóstico es importante, sino también acordar el rumbo. Los Objetivos de Desarrollo Sostenibles suscritos por líderes mundiales desde el 2015 son la descripción de una serie de síntomas compartidos entre la humanidad, que también incluye recetas adaptables a condiciones particulares para poner fin a la pobreza, contemplar la protección del medio ambiente en procesos de desarrollo económico e innovación industrial, garantizar la igualdad de género y construir, en general, ciudades y comunidades sostenibles e incluyentes.

    El mundo ya ha vivido un año de pandemia global y ha empezado a sistematizar el conocimiento que se está generando en ciudades y comunidades respecto a su funcionamiento en este contexto. Los síntomas que se agudizaron y aquellos que apenas se visibilizan son materia de estudio para expertas y expertos a nivel mundial, que coinciden en que las comunidades debemos aprender a tejer redes y fortalecer las que existan para sumar las capacidades y recursos que cada actor de la sociedad contribuye, como la vía más completa hacia el logro de nuestros objetivos. 

    En Metrópoli Laguna queremos cerrar este 2020 consolidando redes. La primera en casa, entre los organismos que nos reunimos hace casi dos años para empezar este proyecto de acompañamiento y comunicación de la gobernanza metropolitana. A finales de noviembre también participamos con la Red Nacional Metropolitana para llevar a una plataforma nacional nuestras propuestas y aprender de las experiencias en otras metrópolis del país y del continente. 

    Pondremos también todo nuestro empeño para continuar tejiendo redes con gobiernos locales e instituciones federales. Sus representantes no pueden continuar ciegos ante los síntomas que hemos observado más crudamente en estos últimos meses.

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