"El mimo es teatro profundo responsabilizando al cuerpo y al movimiento a una máxima dificultad para hacer visible lo invisible", diría Marcel Marceau, considerado uno de los mimos más grandes de la historia. En cambio Raúl Pérez Mireles a través de su personaje Kakool, ha hecho posible lo imposible.
La realidad pandémica es actualmente el escenario de este mimo lagunero, en el cual interpreta el papel de héroe. Con o sin caracterización Mireles le ha hecho frente a la caótica situación ofreciéndose para realizar tareas cotidianas a la gente que está más vulnerable al virus que hoy nos acecha.
A bordo de su motocicleta que pasea un cartel con el mensaje #Te hago los mandados y la lista en la que se puede leer: pasear al perro, ir al banco, hacer el súper, sacar citas del IMSS, etcétera, el lagunero ha localizado una oportunidad para ponerse al servicio de la humanidad que así lo requiera.
La labor de Raúl Pérez no se centra sólo en el hecho de echarse unos pesos a la bolsa. Sus acciones van más allá. Porque aunque si recibe un pago por hacer varios trabajos, lo que realmente lo mueve es el hecho de ayudar a quien ahorita, por la situación, así lo requiere.
Dice que desde finales de marzo que se desató más fuerte lo de la COVID-19 ha hecho lazos importantes con las personas a las que sirve, y es precisamente por ese vínculo que dijo, ha rechazado trabajos que le aseguran un sueldo fijo. "Es un modo de vida que me impuse o se me impuso".
Pérez Mireles manifestó que han sido muchas las satisfacciones que ha obtenido ahora que se dedica a realizar mandados. Compartió que la gente le reconoce su labor y recibe mensajes alentadores a través de redes sociales, incluso, relató que en una ocasión lo llamaron para que acudiera por un paquete para llevarlo a su destino. Al llegar se percató de que era una despensa y la dirección era su casa.
Raúl reconoció que no es el único que actualmente ofrece este tipo de servicio y alentó a que más personas se sumen con el objetivo de ayudar a los menos favorecidos en esta pandemia. Señaló que cuando todo regrese a la normalidad él seguirá tratando de "echarle" la mano a quien se lo solicite.
EL MIMO
Kakool es el personaje que se apodera de Raúl y que lo hace expresarse a través de la pantomima, un arte que tiene anclada desde hace 30 años, y que lo hizo ser parte de un festival internacional de pantomima realizado en India en la ciudad de Calcuta el año pasado. Convirtiéndose en el primer latinoamericano en ser invitado a este evento cultural.
Fue el centro de Difusión Cultural de la Universidad Autónoma de Coahuila, el lugar que le presentó el arte del silencio a Raúl, un joven que pronto se enganchó de lo que él nombra "poesía en movimiento".
"Prácticamente es una magia completa. Te enseña a que el mimo puede sentir con el estómago, pensar con el corazón y enamorarse con la cabeza, así de rebuscado parece, pero en realidad somos contadores y narradores de historias que puede ser de comedia, de risa, pero también de conciencia, porque también creamos rutinas y contamos cosas que vemos cotidianamente: problemas sociales, maltrato, drogadicción, podemos narrar todo lo que queramos".
Influenciado por la filosofía de Marcel Marceau, Kakool conserva la esencia del mimo clásico tanto en el maquillaje como en la llamada rutina de ilusión, en la cual el artista recrea todo un escenario y situaciones con objetos imaginarios.
"Podemos contar historias, narrar situaciones. Somos como los juglares perdidos en este tiempo y nos estamos extinguiendo, porque yo no veo a muchos haciendo pantomima hoy en día".
Sobre su nombre artístico Kakool, Raúl comparte que significa energía fresca, que no es más lo que él propone arriba de cualquier escenario, incluso en la rutina diaria en la que con gusto "te hace los mandados".
Clásico. Raúl Mireles mantiene un estilo influenciado por el afamado mimo Marcel Marceau, conocido como el mago del silencio.