El cobre es un mineral que ayuda a la producción de energía en el organismo, asimismo, se encarga de mantener en óptimas condiciones el sistema nervioso e inmune, entre otras funciones. De igual forma, la ingesta suficiente ayuda a mejorar la salud cardíaca y disminuye el riesgo de enfermedad de Alzheimer. (CORTESÍA)
El cobre es un mineral que ayuda a la producción de energía en el organismo, asimismo, se encarga de mantener en óptimas condiciones el sistema nervioso e inmune, entre otras funciones. De igual forma, la ingesta suficiente ayuda a mejorar la salud cardíaca y disminuye el riesgo de enfermedad de Alzheimer.
De acuerdo con un artículo de los Institutos Nacionales de Salud de EUA (NIH, por sus siglas en inglés), la forma de obtenerlos es por medio de alimentos como el hígado de res y pollo, mariscos, nueces, semillas, chocolate, papas, champiñones, aguacates, productos integrales, garbanzos, por mencionar algunos.
También está disponible en muchos suplementos multivitamínicos, los cuales a menudo se presentan en forma de óxido cúprico, sulfato cúprico, quelatos de aminoácidos de cobre y gluconato de cobre.
Es importante mencionar que los suplementos son casi de uso exclusivo para personas que padecen algún trastorno de malabsorción, adultos de la tercera edad, o pacientes con enfermedad celiaca y enfermedad de Menkes.
En esos casos, la deficiencia de este mineral puede causar cansancio extremo, parches de piel aligerados, altos niveles de colesterol en la sangre y trastornos del tejido conectivo que afectan los ligamentos y la piel. Otros efectos son huesos débiles y quebradizos, pérdida de equilibrio y coordinación, además de un mayor riesgo de infección.
Por otro lado, el exceso de este mineral provoca daño hepático, dolor abdominal, calambres, náuseas, diarrea y vómitos. La toxicidad puede ocurrir en personas con la enfermedad de Wilson; un trastorno genético raro, del igual modo ocurre si las tuberías de agua sin mantenimiento filtran el cobre en las bebidas.
Según los NIH, la cantidad de cobre que necesita una persona varía conforme a la edad. Por ejemplo, los bebés de seis meses a un año necesitan 200 microgramos; los niños de uno a tres años, 340; los niños de cuatro a ocho años, 440; adultos de 19 años, 900 y durante el embarazo se necesitan mil microgramos.
No obstante, debes acudir con un especialista para que indique la cantidad que necesitas. Cabe destacar que la mayoría de los nutrientes se obtienen por medio de los alimentos y bebidas, de acuerdo con las pautas dietéticas para estadounidenses del gobierno federal.
