Columnas la Laguna

IBERO TRANSFORMA

FLEXIBILIDAD LABORAL

CLAUDIA RIVERA MARÍN

El "home office" o trabajo desde casa es un término que ahora escuchamos con mayor frecuencia, ya que el personal valora cada vez más la oportunidad de poder pasar tiempo con su familia y porque una buena parte de la fuerza laboral que se ha incorporado al mercado pertenece a la generación millennial, que, como sabemos, aprecian las empresas que ofrecen horarios y espacios flexibles para trabajar.

En diversos foros he tenido la oportunidad de escuchar y analizar diferentes posturas ante esta forma de trabajo; si realmente podría ser adoptada por cualquier empresa o podría funcionar para el mexicano. No se puede negar la desconfianza que esta figura genera en los empresarios y directivos, que parecen no estar convencidos de sus beneficios y de que no sólo no va a mermar la productividad del empleado, sino que la puede aumentar. Y en esta afirmación no me refiero sólo a la cantidad, es decir, basar la efectividad del empleado únicamente en un número, sino ir más allá: la productividad que se puede obtener con trabajadores menos presionados, con una mejor calidad de vida, que se exponen menos a los sinsabores del tráfico, que pueden brindar una mayor atención a intereses personales y a su familia y que, por lo tanto, valoren aún más su trabajo.

Las empresas en México están acostumbradas a supervisar a sus empleados en todo; todavía no podemos transitar hacia estructuras más planas y tramos de control más grandes. De entrada, cuando una persona empieza a trabajar en una organización debe ganarse la confianza y no al revés, es decir, brindarle confianza hasta que él mismo la pierda. Esto inhibe la esperanza del personal de que la empresa adopte el home office, ya que otorgar independencia al trabajador sigue siendo el gran paradigma a romper.

Por otro lado está la tecnología, recurso que en buena parte permite la existencia de la flexibilidad laboral. Sería necesario que una persona tuviera suficientes habilidades tecnológicas para poder utilizar de manera óptima diversas plataformas, aplicaciones y dispositivos, de tal forma que no dependa de su jefe o de terceras personas para hacer su trabajo. Necesariamente debemos incluir el tema del empoderamiento o empowerment, pues no se podría concebir una persona que trabaje desde casa que no pueda tomar ningún tipo de decisiones.

Hay empresas que han decidido adoptar esta manera de trabajar en forma intermitente, es decir, solo algunos días de la semana, o quizás una semana al mes. En cuanto a estadísticas, podemos mencionar el estudio realizado por la compañía de soluciones tecnológicas Citrix, la cual realizó encuestas en diferentes países de América Latina -entre ellos México-, y nos muestra un 77% de empresas que afirma que la desconfianza es de los principales obstáculos para adoptar el trabajo desde casa. No es de asombrar que sólo un 19% ofrezca este esquema flexible a sus empleados.

En México hace falta mayor información sobre este tema; la documentación de mediciones que demuestren los beneficios del home office y las consideraciones que debe tomar la empresa para lograr su efectividad, empezando por una adecuada capacitación, una clara especificación de metas, formas de trabajo y un sistema de políticas que favorezca su implementación.

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