Columnas la Laguna

PARTICIPACIÓN CIUDADANA 29

SE APRENDIÓ BIEN

MA. DE LOS ÁNGELES ORDÓÑEZ

Desmontar

Cortar en un monte o en parte de él los árboles o matas. Deshacer un montón de tierra, broza u otra cosa. Diccionario de la Real Academia de la Lengua

No hace falta ser muy avezo para darse cuenta del por qué una persona decide hacer carrera en la política; no pretendo descubrir el hilo negro, lo que estamos viviendo con el asunto de la gasolina es una forma de entenderlo. Me explico: servirse de, antes de sólo servir a, esa es la verdadera intención. Claro que hay las excepciones que confirman la regla, pero en general el motivo central para dedicarse a la política es usar el poder para propio beneficio; para ello es que se construyó el sistema, se estructuró y organizó y se echó a andar el gobierno. Remontamos sólo al inicio del actual sistema, al inicio de la etapa denominada postrrevolucionaria, cuando se decide que la integración del Partido de la Revolución Mexicana quedará conformado por sectores que agruparon a obreros, campesinos, popular y militar.

Para poder dar el siguiente salto, se decide iniciar el proceso institucional que sacará a los militares del partido y los civiles se encargarán de impulsar la institucionalización del país, lo que textualmente significa la sustitución de los caudillos por las instituciones, traducidas en reglas, instancias, cuerpos constitucionales, procesos, entre otras cosas orientados todos a buscar que se cumplan los propósitos centrales del Estado, garantizar la integridad física y patrimonial de todos los mexicanos y generar las condiciones que le permitieran mejorar de manera permanente su calidad de vida. En pocas palabras, el crecimiento económico y el desarrollo de la sociedad de todo el país. Sin embargo, este salto en sí es una contradicción cuando el partido cambia su nombre a Partido Revolucionario Institucional. Institucionalizar una revolución es negarla, ya que en esencia revolución es movimiento, cambio. Este paso permite consolidar el poder después de la turbulencia y sentar bases para una paz duradera que se mantiene por situaciones de coyuntura y uno que otro visionario; la segunda guerra mundial que ayuda al crecimiento del país como productor de materias primas, situación que mantiene el empleo, pero que no promueve el desarrollo; la nacionalización del petróleo con todos los costos que implicó, pero que, a fin de cuentas se convierte en el motor del crecimiento del país.

Para que se pudiera consolidar este sistema, se promueve por el gobierno mismo la organización los obreros, los campesinos, los empresarios y los trabajadores del Estado, con el propósito formal de defender sus intereses, pero que en realidad se buscaba construir estructuras en las que se iba a sostener el régimen. Así contando con el apoyo del gobierno, los obreros se integran a sindicatos, los campesinos a una central, los empresarios a sus cámaras, según el giro de sus actividades. De estas estructuras surgen los herederos de la revolución, conocidos como "cachorros", que en realidad heredan el poder y dan lugar a nuevas oligarquías, torciendo propósitos y conformando verdaderos grupos organizados de políticos para beneficiarse de los bienes públicos. De estas prácticas aprendieron y abrevaron todos los partidos políticos; no es difícil entender por qué saltan en estos tiempos de un partido a otro algunos de los militantes con más presencia. El poder para lo mismo. El sistema, una vez operando, desvía el rumbo, y con ello también los recursos; el nombre oficial del país pierde su esencia, ya que dejamos de ser una república en el estricto sentido del término, desaparece paulatinamente el sentido de lo federal en la medida que el poder se va centralizando.

De la representación, ésta nunca ha existido, y la democracia se entiende a modo según los resultados. Recorro en este periplo de manera sencilla como ha sido este tránsito que nos lleva a ver que aquellas creaturas que el sistema parió, hoy son esos grandes Frankenstein que han dirigido sindicatos de trabajadores petroleros y que para mantenerlos contentos les aprueban contratos colectivos de trabajo que les significan grandes beneficios económicos. Lo mismo al gremio magisterial - en cualquier entidad y en el orden federal-, al electricista, que al igual que a los primeros, dichos contratos son el resultado de "conquistas revolucionarias" del gremio, así, unos reciben bonos cuantiosos, otros reciben comisiones sindicales y éstos no pagan el consumo de energía eléctrica. Los contratos para realizar obra pública, vender medicamentos, las concesiones para explotar algún bien público, benefician a las organizaciones empresariales que a lo largo de este periplo también han sido beneficiarios de este torcido sistema; se crean nuevos jerarcas, nuevas fortunas, nuevos y poderosos ricos.

A partir de lo que viene aconteciendo en las últimas semanas, vemos una muestra de la forma de cómo ha evolucionado el proceso, no sólo para hacerse del poder, sino cómo consolidarlo, y un ejemplo basta para demostrarlo, el asunto de nombramientos que antes se hacía para premiar por los servicios prestados y la lealtad mantenida, hoy lo mismo, pero para establecer firmes estructuras que permitan la estrategia para proteger complicidades y prever la impunidad: Miguel Mery y Homero Ramos son nuevos miembros del Tribunal Superior de Justicia de Coahuila, por si se ofrece protección. Hablamos de la forma de cómo esa incipiente organización de políticos se va conformando en una verdadera mafia. Si trasladamos este proceso al ámbito de la nación y lo vinculamos con el saqueo de Pemex, nos podemos dar cuenta de la red de complicidades que se ha construido para toda tarea pública que maneja bienes y recursos públicos. La corrupción es sistemática, la corrupción es el sistema. Es claro que para cambiar para bien las cosas en este país, necesitamos entender que lo que debemos cambiar es el sistema.

Estimado lector, si queremos ser partícipes del cambio debemos empezar por el principio y por las causas del problema; el vecindario es lo más cercano, y el entorno de éste es nuestro campo de observación y acción. Participa, invita a tus vecinos a meditar sobre la forma cómo queremos nuestro entorno, la calle, su infraestructura, el parque, la vigilancia, calidad de vida, pues.

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