Actualmente la demanda anual de agua en los centros de población del valle de la Comarca Lagunera es de 188 millones de metros cúbicos (Mm3), que equivale a 5,960 litros por segundo (l/s) y se estima que para el año 2030 la demanda anual ascenderá a 205 Mm3 que corresponde a 6,500 l/s, suponiendo que las ciudades continúen creciendo a las mismas tasas y que en ausencia de acciones para controlar las fugas en las redes de distribución no se logre reducir el suministro de agua.
Luego de analizar varias alternativas para el abasto de agua a la población a corto, mediano y largo plazo, en el Consejo Ciudadano por el Agua, A.C. se llegó a la conclusión que la opción más viable técnica y económicamente son las reservas de agua disponibles más cercanas, que corresponden al acuífero Principal del valle por varias ventajas. En primer lugar se estima que la disponibilidad de agua en el acuífero puede durar muchos años más considerando un abatimiento promedio del nivel freático de 2.5 m por año. Otra ventaja fundamental es que la infraestructura hidráulica existente en los sistemas urbanos de abastecimiento está construida a partir de los pozos, tanques y redes actuales.
Se estima que la recarga anual del acuífero Principal asciende a 520 Mm3, pero se le extraen del orden de 1,000 Mm3 incluyendo el consumo agrícola y el de las ciudades, por lo que para mantener el acuífero en equilibrio se requiere reducir las pérdidas en ambos sectores en un 35%, equivalente a 350 Mm3 al año y destinar un 15% del agua superficial que llega al valle, equivalente a 130 Mm3 al año, para recargar el acuífero en la represa de San Fernando, con lo cual se contribuiría a la recuperación del balance anual del acuífero con 480 Mm3.
A largo plazo, se puede pensar en potabilizar 200 Mm3 de los recursos renovables de agua disponibles en el sistema de presas Palmito-Tórtolas, las cuales almacenan un volumen anual del orden de 2,000 Mm3 o más al término de la temporada de lluvias. En este momento, el proyecto de potabilizar el agua de las presas tiene un alto costo, sobre todo en la fase de distribución dentro de las ciudades, lo cual incrementaría considerablemente los costos de operación de los sistemas y que finalmente se repercutirían en las tarifas de los usuarios.
Por lo tanto, la mejor opción es utilizar eficientemente el agua del acuífero Principal del valle. Existen otras alternativas de menor impacto en el ahorro de agua, aunque no de menor importancia, como son el reuso de las aguas residuales tratadas en actividades que no requieran una calidad potable y la disminución del dispendio en los usos domésticos y de servicios públicos mediante un programa intensivo para promover la cultura del cuidado del agua.
