NUESTRO RECOMENDADO PARA LEER
El que busca encuentra, dice la voz popular. Sentencia que es más bien advertencia de andarse con cuidado; una prevención. Pero, a veces, también encontramos sin buscar… Sí, y sólo si el descubrimiento nos pone ante algo venturoso, es que hablamos de serendipias. Azar y destino enredándose.
Lo único que se pide es estar atentos para poder reconocerlas cuando ocurren, que es tal vez mucho más común de lo que nos imaginamos, porque suceden a partir de eventos muy sencillos y cotidianos. Como pasa en las historias del libro de Norma Muñoz Ledo, Serendipias.
Tres cuentos que se abordan desde el neorrealismo, porque hablan de búsquedas, de temas como la complejidad de la vida, el abandono, la esperanza. Y se inscriben también en el neorromanticismo al resonar en un fortalecimiento de lo humano y los valores, sin despegarse de la realidad de los mundos que en cada historia se despliegan.
Todo está listo para el fin de semana, los planes organizados y repasados. Las vacaciones tienen que inaugurarse con algún acto de rebeldía que ya espera para cumplirse el sábado. Pero cuando Noelia (Noe, por favor), corta la llamada con su amiga Jennifer, se topa con el cambio de planes. Resulta que su hermano Julián no tiene gripa, sino varicela. Adiós fin de semana y vacaciones sin obligaciones. Ahora tendrá que levantarse cada mañana a las 7:30 para llevar a pasear a Pruno, cuidando que el perro no se zafe y eche a correr…
Escondido detrás de los arbustos, aguarda el movimiento, que es si lo observas bien, la revelación de que en cada trazo que hacemos hay detrás un Sol, una montaña, un dragón; el sentido de la vida, la cultura que nos rodea y por supuesto el amor y lo que implica. Hay que ir con Noe y Pruno al parque para descubrirlo.
Tal vez las serendipias nos enseñan que la felicidad siempre está lista para salirnos al paso en los actos más ingenuos, esos a los que no les prestamos atención.