Caso. Fue hace unos días que siete recomendaciones fueron dirigidas a los centros de reinserción social.
La Comisión de Derechos Humanos de Coahuila (CDHEC), informó que, aunque no se han detectado prácticas de autogobierno en los penales de Coahuila, continúan presentes las quejas por malos tratos e infraestructura, tanto en cárceles municipales como en penales del estado.
Fue hace unos días que siete recomendaciones fueron dirigidas a los centros de reinserción social de los penales de Saltillo, Torreón y Piedras Negras.
De acuerdo al presidente Xavier Díez de Urdanivia, las prácticas de los malos tratos continúan presentes, así como que restan mejorarse las instalaciones.
Aseguró que, aunque algunos penales están un poco saturados, en ningún penal se detectó que exista sobrepoblación.
Añadió que se ha aclarado con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) asuntos relacionados con el presunto autogobierno detectado en Coahuila.
"Nosotros no hemos encontrado autogobierno e incluso es algo que aclaramos con la comisión nacional porque en alguna interpretación de ellos. Había en el penal femenil una cooperativa que manejaban las internas como parte del programa de reinserción social y habían considerado que era un esquema de autogobierno", expuso.
Las recomendaciones que fueron emitidas en días pasados por la Comisión de Derechos Humanos del Estaco (CDHEC), convinieron en que la falta de higiene persiste en los penales de Coahuila, así como falta de agua caliente, colchonetas, así como la debida separación de los internos.
Las recomendaciones se realizaron a los penales de Saltillo, Torreón y Piedras Negras.
Entre las irregularidades que más destacaron fueron malos tratos de las personas que ahí ingresan, la falta de condiciones de accesibilidad e inclusión para personas con algún tipo de discapacidad, así como la falta de personal para cubrir la guardia y custodia.
Además se detectó que las instalaciones eléctricas no son funcionales, con cables expuestos, ventanas sin cristales o acrílicos; asimismo, se advirtieron anomalías en las condiciones higiénicas de los dormitorios, áreas conyugal y el espacio destinado a la segregación; tales como la presencia de bacterias (hongos o moho) y sarro en pisos y paredes.
